Desde hace varios años el toro de regalo se ha convertido en México en un ardid para no dejar una tarde en blanco, y aunque se ha abusado de este tipo de ventajas, muy de vez en cuanto –como hoy en Aguascalientes– sí que merece la pena que salga a la arena un toro de obsequio porque la gente, que paga y manda, se merece vibrar a lo grande.
Y como en las tardes anteriores se habían dado muy bien las cosas, y traíamos una racha triunfal, incluido el toro de regalo que indultó Alejandro Talavante, el júbilo con el que se recibieron sendos anuncios, uno por parte de Emilio de Justo y otro de Joselito Adame, revirtieron una corrida cuesta arriba debido al juego del encierro titular de Boquilla del Carmen. Así que ¡benditos regalos!
Sólo Héctor Gutiérrez, que volvió a estar a gran nivel, había conseguido cortar la oreja del sexto, el único toro bueno de Manuel Sescosse, un cárdeno claro, que tuvo mucha clase y, de haber tenido un punto más de fuerza, hubiese permitido una faena todavía más redonda.
Pero, de cualquier manera, Héctor, que está en un gran momento, no desaprovechó para cuajarle los mejores naturales de la corrida, torearlo con temple, pasos y ritmo, hasta tumbarlo de una estocada cuyo pinchazo previo le arrebató otra legítima Puerta Grande.
Ya con el basto tercero, que además era muy hondo, había estado muy bien, en una faena de menos a más en la que buscó atemperar las embestidas sin ritmo, en medio de la expectación de un público que estuvo de su parte, siguiendo con mucho interés su toreo al llegar a la parte medular de una corrida sin historia, con Emilio de Justo pasando fatigas delante del complicado primero y Joselito tratando de agradar en el segundo, que también tenía sus cositas y con el que estuvo con cabeza despejada y magnífica actitud.
Y como en el cuarto tampoco paso nada, con un Emilio de Justo esforzado, pero sin colaborador a modo, y un Joselito esforzado con un toro deslucido, Héctor se alzaba, hasta entonces, y tras cortar la merecida oreja del sexto, en el único y escaso triunfador de la tarde. Sin embargo, al final los dos espadas más veteranos del cartel se animaron a regalar sendos sobreros, de Tequisquiapan y Santa Inés, respectivamente, y cambió por completo el derrotero de la tarde.
Emilio se topó con un toro bajito, reunido, ligero, con amplia cuna y buena cara, que fue un dechado de bravura, con un gran pitón derecho, y el extremeño se sintió a gusto y volvió a sonreír luego de que se había tenido que tragar el enfado del público en dos toros con los que no había estado bien y había pinchado varias veces.
Así que la faena a ese séptimo ejemplar discurrió con otro ambiente, y la "Pelea de Gallos" a todo vapor, en series largas, artísticas y clásicas, de buen acabado, en una faena interesante que remató de una estocada de las suyas –certera y fulminante, con espada fabricada por Manolo Sales– que le valió el corte de dos orejas para marcharse a torear a Madrid con el alma llena.
José salió a entregarse en el octavo de la larga función, un toro con poca fuerza, pero noble al que le hizo fiestas con el capote, invitó a banderillear a su cuadrilla, y luego le hizo una faena ligada, que gustó al público para cortar una oreja y así terminar de enderezar el resultado final de la corrida, luego de haber mostrado solvencia con su lote, y una actitud muy positiva previa a su regreso a la plaza de Las Ventas, donde está programado el próximo miércoles 4 de junio.
Otras tres corridas más al hilo nos esperan para los días por venir por lo que se espera que en el renglón ganadero salten toros de triunfo, con la intención de que el buen nivel que lleva la feria se mantenga arriba. Entretanto, que ¡Viva Aguascalientes!