Y es que anteriormente, sólo José había conseguido una salida a hombros en una confrontación con el limeño. Fue en la inauguración del Acrópolis de Puebla, que dio un par de festejos taurinos con poco público y nada de ambiente taurino. Esa tarde del 12 de noviembre de 2016, el hidrocálido se le fue por delante a Roca Rey al cortar dos orejas de un toro de La Punta.
Al día siguiente se enfrentaron por segunda vez, en este caso en la Plaza México, de manera fortuita porque Luis David se había fracturado una clavícula en Aguascalientes y no pudo confirmar su alternativa, por lo que la empresa decidió dejar el cartel en un mano a mano, con toros de Xajay, del que tanto Joselito como Andrés se fueron en blanco. A las pocas semanas, el 20 de enero de 2017, volvieron a verse las caras en la plaza "Santa María" de Querétaro, con un encierro de Barralva, y tampoco triunfó ninguno de los dos.
Así que la confrontación de esta tarde tenía su miga, y máxime después de que Roca Rey le pegó un jabón a Joselito en La México el reciente 3 de febrero, cuando cortó cuatro orejas y un rabo a un magnífico lote de Xajay, en aquella tarde en la que también toreó el prometedor Arturo Gilio.
Ese día José no arrojó la moneda al aire, y el exigente cuarto toro lo puso en predicamento, por lo que hoy era necesario sacarse la espina y demostrar porqué es, de los toreros en activo de México, el que más veces ha hecho el paseíllo en su tierra, con un total de 45 corridas toreadas, con el abultado balance de 66 orejas y un rabo en su estadística.
Y mostró su oficio, aunado a una decidida entrega que le permitió volver a enseñar valía, sobre todo en la faena al segundo toro de su lote, del hierro de Tequisquiapan, al que entendió a las mil maravillas porque le tapó la cara en todo momento y así acabó sometiéndolo, a pesar de que el toro no acudía humillado pero sí que tenía nobleza.
Los muletazos tuvieron mando y temple, además de chispazos de calidad, como esos desdenes tan desmayados, todo hecho en un palmo de terreno con la autoridad que se espera del torero mexicano más importante de los últimos 20 años.
En medio del jolgorio de la gente, con la "Pelea de Gallos" en pleno, rubricó su trasteo con una estocada al encuentro, y aunque la espada quedó un tanto desprendida, la ejecución de la suerte tuvo mérito, de tal suerte que a sus manos fueron a dar las dos orejas del toro, mismas que pasó feliz en la vuelta al ruedo.
Sus otras dos faenas fueron igualmente técnicas y entregadas, e inclusive se animó a banderillera al quinto, pero lo cierto es que esos otros dos toros no tuvieron fondo y decían poco. No obstante, se notó a José con el compromiso renovado, y máxime de que el próximo miércoles 4 de junio regresará a la plaza de Las Ventas de Madrid luego de cuatro años de ausencia, por lo que era muy significativo triunfar hoy en su tierra, a la espera de saber qué pasar el 1 de mayo, cuando hará su segundo paseíllo al lado de Emilio de Justo y Héctor Gutiérrez, con toros de Boquilla del Carmen, en un cartel que no tiene desperdició.
Roca Rey no anda volando bajo, sino alto, muy alto. Enamorado y feliz, gustoso de torear, sonriente, asentado, con una técnica más pulida y una compenetración con el difícil toro mexicano, ese que, como los de hoy, embiste despacio, a veces sin tanto ritmo, con la cara a media altura, y sin acabar de romper.
Pero como Andrés está en estado de gracia, motivado y con ganas de seguir creciendo como torero, hoy ofreció una tarde de figura del toreo que lo ve claro en cualquier terreno y ante cualquier circunstancia. Y vaya que se gustó en el cuarto de la tarde, el segundo ejemplar de su lote, del hierro de Villacarmela, al que toreó por nota gracias a ese valor descomunal que le permite colocarse donde quiere.
Temple y suavidad de toques, "ahí está el detalle, chato", que diría el gran Cantinflas, y a gozar el toreo en redondo, por aquí y por allá; de frente, de perfil, con la pierna de salida retrasada, y una serie de recursos, añadida a la ambición del perro de presa que hoy no iba a marcharse de Aguascalientes por su propio pie.
Fue llamativo su brindis del sexto a don Julio Díaz Torre, pilar de una familia de magníficos aficionados, por lo que se afanó en seguir en la misma cuerda, y un par de pinchazos hondos le arrebataron, por lo menos, la oreja del último de la función en la que los dos espadas del cartel estuvieron por encima de los toros, dejaron en claro sus posiciones y salieron a reventar la plaza ante un público precioso que colmó los tendidos y vibró con su toreo.
¡Qué gusto da ver la plaza llena de bote en bote! Algo que no ocurría desde aquel otro mano a mano entre Julián López "El Juli", celebrado el 16 de abril de 2023, en que Joselito se impuso a su padrino de alternativa con un triunfo de tres orejas. La actitud de aquel día, y ésta de hoy, es, precisamente, la que debe marcar el camino de José, a unos cuantos días de distancia de Madrid.