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Bruno Aloi, arte sin espada

Viernes, 07 Feb 2025    CDMX    Juan Antonio de Labra | Foto: Hidalgo          
Dejó lo más sobresaliente del mano a mano con Emiliano Osornio
Bruno Aloi dejó escapar con la espada un importante triunfo en la Plaza México, donde cuajó una faena artística, plena de torería y abandono, ante el único novillo bueno del decepcionante encierro de Carranco, que fue flojo y deslucido y echó por tierra el esperado mano a mano con Emiliano Osornio, el otro novillero que, en el año 2024, consiguió salir a hombros en este escenario.

Y así se fue la noche, un inválido tras otro, con la impotencia de Osornio en el que abrió plaza, y el desconcierto de ver cómo regresaban a su segundo, un novillo de espectacular pelo ensabanado que apuntaba calidad, y al que la autoridad, en este caso el juez Enrique Braun, devolvió sin darle tiempo. El sobrero, del mismo hierro, tuvo todavía menos fuerza y el enfado de Emiliano era evidente, que apenas en contados detalles mostró su pellizco de torero caro, de artista de cante grande.

Otro tanto le ocurrió en el quinto, por lo que la rivalidad que se esperaba entre ambos toreros, quedó en nada, porque los de Carranco no dieron opciones, salvo el cuarto, que tenía unas magníficas hechuras y al que Bruno le hizo esa faena que tanto caló en el público.

Maduro, centrado y valiente, Aloi no desaprovechó las condiciones de "Perdiguero” y se empleó a fondo desde que se abrió de capote y toreó bien a la verónica, para luego hacer una faena en la que hubo estructura y sentimiento, oficio y seguridad, en medio de la algarabía del público, que a esas alturas del festejo estaba ávido de aplaudir y disfrutar.

Y vaya que disfrutó cuando el novillero de dinastía se echó la mano a la zurda y toreó con exquisitez al natural, arqueando el brazo, encajado de riñones, y con el mando justo para llevar a "Perdiguero" cosido a los vuelos de su templada muleta. Varios adornos, como una vitolina o un cambiado por la espalda, aportaron vistosidad e improvisación a una obra que deja la puerta abierta al futuro de un torero que, en este año 2025, está llamado a consolidarse para recibir una alternativa de lujo.

Cuando le tenía cortada una oreja de peso, o quizá dos, de haber matado bien, se dio a pinchar hasta que el novillo se echó, y como el puntillero salió a oficiar, un sector del público le recriminó no haber intentado levantarlo para volver a entrar a matar. Pero muchas veces hay que utilizar el sentido común y actuar a favor del beneficio de la lidia. 

Cabizbajo y triste se metió al callejón a rumiar este tropieza, pero seguramente, ya con el paso de los días, en su fuero interior disfrutará esos tersos naturales que tanto regusto provocaron en el tendido.

El primero de su lote fue un ejemplar deslucido, y llegó sin fuerza a la muleta. Antes, Bruno brindó a la presidenta Claudia Sheinbaum y, a través del micrófono de la televisión, le pidió velar por las tradiciones de México y defender al toro de lidia como un anima que garantiza la existencia de fauna y flora ahí donde habita, en el campo bravo. Luego vino una faena valiente y, en un exceso de confianza, sufrió una aparatosa voltereta de la que sacó roto el punto de la taleguilla en el muslo izquierdo, así como un fuerte golpe en la mejilla de ese lado.

La faena del sexto se la brindó a su hermano Fauro, al que le dedicó palabras en corto que hicieron emocionar al rejoneador de la casa. Luego, buscó acoplarse a las inciertas embestidas de otro novillo que vino a menos y terminó deslucido, lo que no fue impedimento para robarle algunos muletazos con aguante, sin salvarse de otra voltereta. Una vez más no estuvo acertado con la espada y así se terminó la novillada, con el público un tanto desencantado de no haber visto una Puerta Grande, pero con la certeza de que en Bruno Aloi hay un torero que despierta ilusiones.

Ficha
Ciudad de México.- Plaza México. Sexto festejo de la Feria de Aniversario. Poco menos de un cuarto de entrada (unas 8 mil personas), en noche fresca, con algunas ligeras ráfagas de viento. Novillos de Carranco (el 3o., sobrero sustituto de uno devuelto por flojo), bien presentados, de buenas hechuras, pero sin fuerza, deslucidos en su conjunto salvo el 4o., que tuvo clase. Pesos: 465, 437, 441, 451, 453 y 443 kilos. Emiliano Osornio (blanco y Plata): Silencio, silencio y leves pitos. Bruno Aloi (teja y oro): Ovación, división tras aviso y palmas. Incidencias: Destacó en banderillas Gerardo Angelino, que clavó un gran par al 4o. y saludó una ovación. Salió como sobresaliente José Andrés Origel, que no intervino en quites.

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