La plaza de toros Allincapac está ubicada a 4 mil 480 metros sobre el nivel del mar, en el distrito de Macusani, provincia de Carabaya, Región Puno, donde está el lago Titicaca. Aquí la verdad el mal de altura o "soroche", como se le conoce, así como el frío del deshielo de la cordillera del Sur De Los Andes peruanos, hace que hasta que hasta las ideas se te congelen y los dedos se vuelvan torpes al escribir. Aunque eso sí, con mucha emoción, objetividad, con frío, y para ello no hay nada mejor que un Pisco de uva Quebranta…. Va por ustedes.

A las dos de la tarde, en tarde de sol y lluvia, con plaza llena de "no hay billetes", hicieron el paseíllo Finito de Córdoba, Leo Valadez y Cristhian Ramos, que tomó la alternativa.

Se lidiaron seis ejemplares de la prestigiada ganadería también puneña de Checayani, con divisa azul celeste, amarilla y blanca. Todos disparejos en presentación y bravura, con excepción del primero y mejor el quinto, al que pidieron indulto que el Presidente de la corrida, con buen criterio, no accedió.

Leo Valadez fue el digno triunfador de la tarde, con las banderillas pasó el examen con las justas. A su primero le intentó por ambos, hubo zapopinas, y se limitó a dar vuelta al ruedo. En el quinto estuvo muy bien con la derecha y redondos. Mató arriba y en todo lo alto que hizo rodar al de Checayani sin puntilla, para salir por la Puerta Grande en voladas de los macusaneños.

El toricantano Cristhian Ramos aún le falta rodaje por los ruedos, y quizá se apresuró en tomar la alternativa, porque no sólo hay que estar preparado física y mentalmente, si con la experiencia de poderle a los todos los toros, sin necesidad de la ayuda de los subalternos, que intervinieron demás durante la lidia de sus dos toros en los que pasó inadvertido.

Finito de Córdoba que tiene muchos años en los ruedos, seguramente ya está pensando en el retiro. En su primero oyó pitos y con su segundo los tres avisos, al que estoqueó desde la tronera de un burladero.