Con 76 años a cuestas y una afición que no le cabe en el cuerpo, Gilberto Ruiz Torres sigue viviendo a tope su pasión por la tauromaquia y en su mirada se refleja la satisfacción del deber cumplido como matador de toros, maestro de toreros y juez de plaza, diversas facetas a las que ha entregado su vida con el corazón en la mano.

En esta entrevista de prácticamente una hora de duración, Gilberto se "abre de capa" con Jorge Raúl Nacif para aclarar diversos puntos del Reglamento Taurino de la Ciudad de México, algunos de los cuales generan confusión entre aficionados y profesionales, además de narrar distintos "rifirrafes" en el palco de la autoridad, tanto en La México como en otros cosos.

Asimismo, recuerda con nostalgia sus orígenes como torero, al lado de grandes maestros como Luis Procuna, Antonio Velazquéz y Luis Briones, así como la alternativa de manos de Antoñete, con quien, confiesa, degustó una botella de whiskey tras aquella tarde del doctorado en Venezuela. También recordó a Jesús Córdoba, Luis Corona y Jesús Dávila, figuras referenciales para convertirse en autoridad de plaza. 

A lo largo de la charla hubo también espacio para compartir sabrosas anécdotas que no tienen desperdicio, todo sin perder el sentido crítico sobre diversos aspectos de la actualidad taurina y la manera de hacer Fiesta en nuestro país.