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Una tarde atípica en Provincia Juriquilla

Sábado, 01 May 2010    Juriquilla, Qro.    Raúl Magos I Foto: Archivo         
El Juli vivió una tarde atípica

Desde que instantes antes de iniciar la corrida se anunció que no habría banda de música y la entrada no correspondía a la presencia de El Juli en el cartel, se comenzó a sentir un ambiente de corrida atípico. Desangelado, si cabe.

Y diversas sensaciones habrá experimentado Julián esta tarde en Provincia Juriquilla.

Primero, tras haber llenado la plaza hasta en tres ocasiones consecutivas entre el mes de noviembre y enero pasados, esta tarde vio como se poblaban los tendidos apenas entre medio y dos tercios del aforo. Para pensar.

Luego habría de recibir los justos reclamos de quien paga su boleto esperando ver a una gran figura del toreo enfrentando eso, una corrida de toros. Simple y llanamente, con trapío, más allá de tipos de las ganaderías, hechuras, y lo que se desee agregar.

Y finalmente, y solo Julián sabrá en qué grado, sentir que se congració con el público tras abandonar en hombros la plaza. Independientemente de lo del rabo, que esa es otra historia.

Su primero, ya se apuntaba, desde su salida fue ruidosamente protestado, y para más inri, una vez que se determinó mantenerlo en el ruedo, ofreció poco juego. Estuvo Julián tesonero, intentando sacar los pases, aunque a la par tuvo que escuchar gritos que no debería escuchar una figura de su categoría, pero que reflejan la desesperación de la gente cuando siente que no se le respeta. Pinchazo y estocada trasera para retirarse entre división de opiniones.

En su segundo era evidente que tenía que salir a revertir lo vivido momentos atrás, y recibió con lances tersos las embestidas del toro más pesado del encierro. Tras el tercio de varas volvió a gustarse en un quite por verónicas despaciosas y rematadas con una larga vistosa.

El de Xajay llegaría después con el recorrido muy medido y Julián hubo de hacer gala de su depurada técnica para extender más allá el recorrido del toro, aguantando derrotes al final del muletazo y metiéndose entre los pitones, en una faena de exposición que tuvo al público en vilo. Se tiró a matar con decisión y dejó una estocada entera que tardó un poco en hacer efecto pero que convirtió el tendido en un palomar de entusiasmo.

Asomó el primer pañuelo, tras insistencia apareció el segundo y cuando las aguas parecían haber vuelto a su cauce en el tendido, apareció el pañuelo verde, desproporcionado a todas luces. Tras recibir el premio, sabiamente Julián arrojó los trofeos al tendido, dando una vuelta al ruedo que tuvo visos de reconciliación.

Fernando Ochoa sorteó en cuarto lugar un toro con el que se sintió a gusto desde que se abrió de capa, toreando con tersura a la verónica en los lances de recibo. Tras dar la pelea más fuerte en varas de toda la corrida, el de Xajay llegó al último tercio con recorrido, sobre todo por el lado derecho, condición que Fernando aprovechó en una faena larga y que rubricó con un par de dosantinas que le resultaron pintadas. Dejó tres cuartos de estocada ligeramente desprendida que fue suficiente para que tras petición le fueran concedidas las dos orejas. Para el toro hubo arrastre lento, que aunque tuvo la virtud del recorrido, se echó en falta que tuvieran más transmisión sus embestidas.

En su primero estuvo esforzado, tratando de exprimir las embestidas de un toro que desde su salida se emplazó y no obedecía a los cites. Tras pinchazo y media desprendida fue aplaudido, mientras que el toro fue despedido con pitos en el arrastre.

Alejandro Amaya no pudo redondear como hubiera deseado su actuación. En su primero pudo gustarse en varios momentos toreando por el lado derecho, el mejor del toro, aunque emborronó el esfuerzo con la espada hasta escuchar un aviso.

En su segundo, a pesar de iniciar la faena de muleta con dos pases cambiados por la espalda, hubo de abreviar ya que el toro se apagó pronto. En este escuchó palmas tras estar breve con el acero, dejando primero un pinchazo hondo y descargando después un golpe de descabello.

Acotación al margen. Llegó El Juli a Juriquilla con vitola de torero de época, lanzado como Rey del Toreo tras acabar con el cuadro en Sevilla y abrir la Puerta del Príncipe (justo reconocimiento a su raza de figura). Y con esa categoría la gente no puede entender que pase lo del segundo toro de la corrida de hoy. Más de algún aficionado le preguntaría a su administración, como diría el clásico: "¿Pero qué necesidad?".

Ficha
Segunda corrida del serial. Poco más de media plaza en tarde agradable. 6 toros de Xajay, desiguales de presentación y juego deslucido en general. Al 4° le dieron arrastre lento. Pesos: 470, 460, 488, 490, 550 y 466. Fernando Ochoa (vainilla y oro): palmas y dos orejas. Julián López “El Juli” (azul marino y oro): División y dos orejas y rabo. Alejandro Amaya (plomo y oro), silencio tras aviso y palmas. Destacó en banderillas Alfredo Acosta en el 3°. Se rindió un homenaje tras el paseíllo a Rubén Bandín.


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