El pasado viernes se cumplieron 40 años del fallecimiento del matador de toros Paco Ortiz, conocido como El D Artagnan del toreo mexicano y quien completaba la cuarteta con los llamados "Tres Mosqueteros": Rafael Rodríguez, Manuel Capetillo y Jesús Córdoba al finalizar la década de los 40.

Su hijo, Curro Madrid, también matador de toros, evocó la carrera taurina de su padre, quien tuvo la satisfacción de haber llenado por primera vez, como novillero, la Plaza de México.

"Ya ha pasado mucho tiempo, pero el recuerdo sigue latente y quedan grabados momentos memorables y aún y cuando él ya estaba fuera de circulación, nunca se retiró, pero siguió leyendo de toros, viendo a sus amistades y compañeros toreros de aquella época".

Curro Madrid recuerda que su papá le decía que tenía mucha rivalidad, sobre todo con Rafael Rodríguez.

"Mi padre decía que Córdoba era un torero muy fino y Capetillo le hacía faena a todos los toros".

Era tal éxito que como novilleros tuvieron Los Tres Mosqueteros y D Artagnan, que el empresario de aquella época, el doctor Alfonso Gaona, luego de convertir matadores a los tres primeros, decidió dejar a Ortiz como base de la siguiente temporada de novilladas, pero ante el surgimiento de nuevas caras ya se le hizo difícil la situación en el escalafón.

Justino Francisco Hernández Ortiz, era el nombre de pila del torero hidalguense, cuando el cronista Paco Malgesto le cambió el nombre por el de Paco Ortiz, para hacerlo más corto en los carteles y fácil de recordar para los aficionados.

"Nunca dejo de asistir a la plaza hasta que se murió. Tanto en México como novilladas o corridas, así como en Pachuca, Tlaxcala, Apizaco y en los pueblos de Hidalgo. Se metió de lleno como empresario y daba toros en muchas partes en Hidalgo, en Tlaxcala, en Calpulalpan, en San Martin de las Pirámides hacia Otumba, a Tepeapulco, Hidalgo, en Zempoala y toda la región alrededor de Apan, nunca se alejó del medio", comentó su hijo.

Paco Ortiz, nacido el 4 de octubre de 1928 en Apan, Hidalgo, renunció dos veces a la alternativa y la confirmó en tres ocasiones.

La tomó por primera vez en Puebla, el 22 de enero de 1950, de manos de Silverio Pérez, con Antonio Velázquez como testigo. Confirmó la primera en la Plaza México el 12 de marzo del mismo año, con los Tres Mosqueteros en el postinero cartel de ocho toros.

Al marcharse a España en el año de 1951, renunció a la alternativa mexicana y decidió enrolarse nuevamente a las filas de los novilleros, para tomar su segunda alternativa el 3 de mayo del mismo año, en Piedrahita, provincia de Ávila, de manos de Pablo Lalanda y Julio Aparicio. Al año siguiente confirmó otra vez en México, con Félix Briones como padrino, y Pepe Luis Vázquez de testigo, ante ejemplares de Atlanga.

Y cuatro años después, aunque parezca increíble, renunció de nuevo a su condición de matador de toros y regresó a las novilladas para que, finalmente, el 16 de noviembre de 1959, tomara su tercera y última alternativa, esta vez en Pachuca, Hidalgo, en un mano a mano con Luis Castro "El Soldado", con toros de la divisa jalisciense de José María Franco.

"Su sello fue haber sido siempre un torero valiente" expresó con orgullo su hijo, Curro Madrid, y hoy hemos querido evocar su paso por los ruedos en esta breve evocación de otro tiempo.