La noche de este Viernes Santo, el centro histórico de San Luis Potosí se convierte en la ciudad hermana de Sevilla. Es la noche en la que miles de potosinos y turistas nacionales y extranjeros, colman las plazas, calles y avenidas de la ciudad para observar los pasos de la Procesión del Silencio.
Este magno evento litúrgico de la semana mayor llega este año a su 71 aniversario de que la imagen de la Virgen de la Soledad, obra del escultor Manuel Tolsá, salió por primera vez del camarín del Templo del Carmen en andas, por un grupo de toreros encabezados por el maestro Fermín Rivera Malabehar y mujeres españolas, como doña Ángeles Agüero de Rivera.
Desde entonces, la Procesión del Silencio de San Luis Potosí cobró fama y se erigió como la más importante de México.
La procesión sale en punto de las 20:00 horas y poco más de 30 cofradías, cada una con un color distinto en la vestimenta, recorren las calles. Los nazarenos aparecen encapuchados y su vestimenta simboliza el luto y humildad.
Durante todo el recorrido los fieles permanecen en silencio. Solo se escucha el sonido de los tambores y trompetas y, en ocasiones, las cadenas que arrastran de los pies de los penitentes.
La última en salir del templo es la Cofradía de La Soledad, la de los toreros, que precede a la venerada imagen de la madre de Cristo, que con su manto negro lleva entre sus manos un puñal que simboliza cómo atraviesa su corazón por la muerte de su hijo en la cruz.
El matador de toros regiomontano, Juan Fernando, participa por tercera ocasión consecutiva y narra lo que ha significado ser cófrade de la procesión.
"Siempre me han gustado estos temas de la religiosidad que tanto llevamos los toreros. La primera vez que viví una procesión fue en Sevilla, ya te imaginarás lo que sentí al verla. Me despertó emociones y sentimientos muy bonitos que creo yo, que es algo parecido al toreo, que no lo puedes describir tan fácilmente. Estaba informado de esta cofradía, de los toreros, que participa en la Procesión del Silencio de San Luis Potosí y siempre lo veía en la televisión, en los noticieros con Joaquín López Dóriga y me hacía ilusión".
Dijo que nunca se acercó a los organizadores, pero de pronto, hace tres años, recibió la invitación formal y saltó de gusto.
"Fue un día de mucho nerviosismo, de llevar todo eso con un gran respeto y tenía mucha ilusión. Lo viví de una manera tan intensa, tan pasional y con mucha fe. Además, la primera vez me pidieron que llevara un capote de paseo y participé con mi capote de paseo con el que tomé la alternativa".
Bajo el anonimato y el misterio participan toreros como Fermín Rivera, quien es el único en desfilar, llevando la cruz de guía y vistiendo la túnica y el capirote (capucha) que utilizó su abuelo. También participan otros como Domingo Sánchez "El Mingo", Mario Zulaica, Jorge Hernández Gárate y José Mauricio, así como picadores y subalternos.
"Este viernes haré un paso con mucha fe, con mucho espíritu, agradeciendo a Dios y a la Virgen de la Soledad por todo lo que me ha pasado, y lo estoy haciendo más personal cada año. Estoy muy contento de que volvieron a invitar, estoy muy agradecido con los organizadores, le tengo mucho cariño a la gente porque así me reciben y han demostrado estas veces que he estado con ellos. Creo que soy un bendecido en formar parte de esta Procesión del Silencio de San Luis Potosí", expresó.