La cancelación de la exposición del maestro Carlos González por parte de Alethia Alonso, directora de la División de Humanidades y Comunicación de la Universidad Iberoamericana, ha provocado un gran revuelo porque se trata de un acto de censura que atenta contra el espíritu de un centro de enseñanza cuyo valor principal debe estar regido por el respeto a la diversidad de las ideas.
No es la primera vez que una universidad mexicana cancela un proyecto cultural vinculado a la tauromaquia, pues en la sede Xochimilco de la Universidad Autónoma de México (UAM), en agosto del año pasado también cometió un agravio similar con aquellos seminarios taurinos que se habían organizado.
Este tipo de atropellos son inadmisibles, porque si existe un lugar seguro para la libertad de expresión, es precisamente la universidad. Pero ya se sabe que los toros provocan una visceralidad feroz entre las personas a quienes les desagradan, inclusive entre individuos que, de antemano, se presupone que tienen una mentalidad abierta y son capaces de admitir otro tipo de pensamiento distinto al suyo.
Tanto ha sido el alboroto que se ha generado en los medios, y para eso están, independientemente del asunto del que se trate, para alzar la voz en contra de unas prácticas dictatoriales más propias de instituciones con tendencias fascistas, que dan muestra de estar alejadas del respeto a la pluralidad que representa la cultura.
De esta manera, se sabe que en las últimas horas la Universidad Iberoamericana dará marcha atrás al veto a la exposición tras las numerosas protestas recibidas, y lo más saludable es que esa muestra fotográfica del maestro Carlos González se lleve a cabo tal y como estaba previsto desde un principio.
Este cambio de sentido vendría a corroborar que la presión ejercida desde el medio taurino fue eficaz y que cada vez está más organizado y atento a estas conductas arbitrarias. Resulta alentador saber que, a través de las redes sociales, y los medios, sí se puede hacer una defensa estructurada de la Fiesta que persuada a la sociedad, sobre todo a aquella parte de la misma que no está en contra de los toros, que se está luchando por una causa justa.
En caso de que sí se realice la exposición, ello va a suponer un importante triunfo de la libertad; esa que, como una sociedad madura y responsable, debemos ser garantes quienes estamos a favor de la igualdad y el respeto a los demás.
Asimismo, esta muestra fotográfica, servirá para dar realce y valor al trabajo de un hombre que documentó varias décadas de la fiesta de los toros con entrega y sensibilidad, a través de su dedicado trabajo como fotógrafo, mayoritariamente desde el callejón de la Plaza México, donde estuvo presente a lo largo de varias décadas en las que gozó del reconocimiento de los profesionales y la afición.