Tuvieron que pasar 15 largos años para que la Monumental Monterrey luciera un lleno en los tendidos y solo una figura como Pablo Hermoso de Mendoza, fue capaz de lograr tal hazaña. En su campaña de despedida de los ruedos, que inició precisamente aquí en México el pasado mes de septiembre, el navarro obtuvo el triunfo más resonante de los que se tenga memoria ante el público regio, donde ya había salido a hombros 14 tardes y solamente había logrado un rabo.
Hoy a su estadística personal se le suma su decimoquinta puerta grande y su segundo rabo, luego de cosechar tres orejas y rabo y compartir la salida a hombros con el matador hidrocálido Joselito Adame, quien también le tumbó los dos auriculares a su segundo, mientras que el tercer espada, André Lagravere "El Galo", debutante en esta plaza, cortó una oreja al toro que cerró plaza y que perteneció, como sus hermanos, al hierro de Montecristo.
Ha sido tal el triunfo del toreo el que se vivió anoche en Monterrey, que de manera total los medios de comunicación dedicaron amplios espacios a la corrida e incluso hasta se ganó las portadas de los diarios deportivos, como desde hace cinco lustros no sucedía.
Habría que decir que el romance de Pablo con Monterrey se comenzó a escribir desde el toro que abrió plaza "Cumplido" y que haciendo honor a su nombre cumplió con creces las expectativas desde que salió a la arena, pues acudió al caballo con prontitud y codicia.
Muy temprano en la faena, pues tan solo lo pasó con un rejón de castigo, llegó el éxtasis total al aparecer en el ruedo "Berlín", el precioso caballo negro de capa, que ha sido la estrella de la cuadra y el que se echó prácticamente a los lomos la faena, al acudir dando el pecho por delante al encuentro y permitiendo que Pablo clavara a la perfección y sin falla cuatro banderillas a una mano.
Estrujante fue la entrega del público, pues al momento de recorrer el anillo a gran velocidad, de costado y hacer los cambios de pronto, los gritos de olé en la plaza retumbaron en toda la colonia Del Prado.
"Navegante" fue el tercer caballo desplazado en este toro y con este solo clavo un garapullo. Con el toro ya parado prácticamente, el tordo "Fénix" rodó en círculos mientras el jinete estellés colocaba las tres banderillas cortas. Mató al primer viaje y se le concedió la oreja. El toro, que ha sido el mejor en lo que va de la gira de despedida, mereció el arrastre lento.
Ante su segundo, que no tuvo las mismas prestaciones que este, Pablo bordó el toreo y dio cátedra de por qué es único. Aprovechó los tiempos, solicitó el Corrido de Monterrey a la banda de música y trajo al ruedo a otros ejemplares de la cuadra que se ganaron al público, como "Basagaon", el caballo bailador y "Malbel", el tordo con el que colocó banderillas y realizó piruetas en la cara del toro, como el bien recordado "Chicuelo", aquel caballo de igual capa que salía enjaezado de azul y blanco.
Nuevamente con "Fénix" pasaportó a su enemigo, que tuvo una muerte digna, arrodillado frente a su lidiador, quien incluso le besó el testuz, en una escena de claro agradecimiento por su colaboración. Entonces la plaza se vistió de blanco, el juez Antonio Quiroga sacó los dos pañuelos, pero cedió ante el grito ensordecedor a la petición del rabo, los cuales paseó en la vuelta triunfal, en compañía del ganadero Germán Mercado.
"Las Golondrinas" se escucharon desde lo alto y se pudo observar a gente en el tendido, principalmente mujeres, con lágrimas que escurrían por las mejillas, al despedir a Pablo.
Para los dé a pie no hubo mucha suerte en sus dos primeros toros. El primero de Joselito, al que recibió de tersos mandiles, había que llevarlo como con pinzas, pues era débil de remos. Aun así, le realizó una faena por ambas manos, aprovechando la nobleza y calidad del ejemplar. Mató de entera atravesada y golpe de descabello y se retiró entre palmas.
Ante el quinto de la función, Joselito salió resuelto a darlo todo y fue así como cuajó una faena de gran calado al tendido, por las dos manos y sobresaliendo series en redondo, como si fuera rosca en un tornillo. Mató en la suerte de recibir y fue premiado con las dos orejas.
El Galo, por su parte, luego de haber enfrentado a su primero que hizo amago de doblar en la arena hasta en cinco ocasiones, logró superarse en el sexto al que realizó trasteo por ambas manos, con adornos y molinetes de rodillas, logrando enderezar la nave. Cuando la faena ya estaba hecha y el público estaba con él, el diestro yucateco mató de estocada entera al primer viaje, en el mismo centro del anillo. La petición fue unánime y el juez le negó la segunda oreja, no obstante la petición. Al recibir el único premio, de inmediato El Galo lo depositó en las rayas del ruedo, en señal de desacuerdo ante la que él supuso era una injusticia.
Para el próximo viernes 3 de noviembre se anuncia el séptimo festejo de la temporada en el que actuarán el también francés Sebastián Castella, Diego Silveti y Fermín Espinosa "Armillita IV", ante un encierro de El Junco, una de las ganaderías triunfadores de la reciente Feria de San Marcos de Aguascalientes.