Texcoco 2010: Buen toreo, flojas entradas (fotos)
Martes, 13 Abr 2010
México, D.F.
Jorge Raúl Nacif / Foto: Sergio Hidalgo
La clase y bravura del toro "Voy y vuelvo", de Fernando de la Mora
Una amplia gama de aspectos tuvo la parte taurina de la recién concluida Feria del Caballo, que constó de nueve festejos, pero a primera vista saltan dos grandes triunfadores: Zotoluco, con el corte de cinco orejas, y el toro "Voy y Vuelvo", de Vicky de la Mora, al que le perdonaron la vida.
Más allá del número de trofeos, y la gran faena del 3 de abril que le valió cortar dos orejas, Eulalio ha dictado cátedra de solvencia torera, sitio y poder, cuajando instantes llenos de solera delante los pitones y demostrando su sitio en las cinco tardes que actuó, sin duda el diestro que más toreó este año en Texcoco.
Lástima que le faltara acoplamiento y mando con este toro "Voy y Vuelvo", al que precisamente le tocó enfrentar, en la segunda corrida de feria. El de Vicky de la Mora fue bravo a cabalidad, muy encastado y con un recorrido bárbaro, siempre buscando pelea, lo que dejó muy en claro cuando se resistía a regresar por toriles una vez indultado con todo merecimiento
El Juli, en su sitio
Los momentos más artísticos de la feria los consiguió el madrileño Julián López "El Juli", durante su segunda actuación, cuando se encontró con un nobilísimo ejemplar de Montecristo y bordó auténticamente el toreo en una faena templada de principio a fin y en la que surgieron instantes de sentimiento puro.
Valioso es que una figura de esta categoría no haya venido a Texcoco a pasearse, sino de verdad a hacer el toreo bueno, ese que cala ondo en los aficionados y genera en las gargantas el incontebible grito de "Olé".
El "Nezahualcóyotl", para Ortega
Otro de los matadores que ha dado de que hablar es Rafael Ortega, sobre todo gracias a la labor alegre y variada que realizó con el primero de su lote la tarde de la tercera corrida, cuando paseó las dos orejas, y claro, en la última, al llevarse el trofeo "Rey Poeta Nezahualcóyolt" por una sensacional estocada, quizá la mejor del serial.
El Zapata se llevó dos orejas en la feria, pero perdió otras tantas por sus fallas con el acero. Lo mejor de sus tres actuaciones fue la entrega, y claro, cuajando en igual número de veces el ya famoso par monumental, que fueron en realidad los momentos más empocionantes de toda la feria.
Sergio suma y sigue
Sergio Flores, novillero puntero, cuajó una faena de dos orejas, una muestra más de que este muchacho ya está para empresas mayores, pues tiene el oficio suficiente y atesora mucho arte con capote y muleta
A destacar sin duda el ímpetu y buenas formas de jóvenes matadores como Víctor Mora, El Chihuahua y Juan Luis Silis, que se jugaron la vida con garra y entrega, así como la raza de Ignacio Garibay, la buena planta de Mario Aguilar, el esfuerzo de Humberto Flores, El Conde y Federico Pizarro, además del valor de los Forcados Mazatlecos.
Lo que no se entiende en el rubro de los toreros actuantes es la presencia del español Francisco Marco, desconocido totalmente para la afición mexicana. ¿A razón de qué vino a la Feria del Caballo?
Dos encierros destacados
En cuanto a los encierros, los hubo muy bien presentados y otros apenas justitos, mientras que en juego hubo varios toros que se dejaron meter mano, propiciando el triunfo de los toreros. Buenos fueron los encierros de Fernando de la Mora, Montecristo y Torreón de Cañas, mientras que el de Carranco dejó mucho que desear
El palco de la autoridad, ocupado por el juez Gilberto Ruiz Torres y su asesor Óscar Mejía, tuvo una feria bastante buena, con decisiones acertadas y manteniendo la exigencia que debe tener una de las ferias más importantes de México.
Gran esfuerzo, escasa recompensa
La labor de la empresa Espectáculos Santa Julia, comandada por Marco Castilla, padre e hijo, fue ardua y positiva. En este sentido, hay que destacar la buena organización en cada festejo, además del estupendo trato brindado a la prensa, algo no muy frecuente en otros cosos.
Sin embargo, uno de los hechos comunes de este ciclo de corridas fue que las entradas, en términos generales, resultaron flojas. Ni siquiera la presencia de El Juli pudo llenar en toda su capacidad la plaza "Silverio Pérez", algo que sin duda genera la pregunta de ¿vale la pena montar tantas corridas de toros? ¿No sería mejor un ciclo más compacto y redituable?
Hipótesis puede haber muchas, pero la realidad es que los tendidos de este coso lucieron desiertos durante la mayoría de las corridas, aspecto digno de meditar y reflexionar en su justa proporción, si se toma en cuenta el esfuerzo desplegado por la empresa.
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