Rocío Morelli recibió el alta hospitalaria a una semana de su grave percance en Villa de Cos, Zacatecas, donde un toro le hirió en el rostro, produciéndole desprendimiento del párpado, ceja, frente y cuero cabelludo del lado derecho. Es una de esas cornadas espejo que nadie quisiera tener, pero que todos los días recuerdan al matador la seriedad y peligro de la Fiesta Brava.

"Creo que hasta el momento no me interesa mucho cómo vaya a quedar estéticamente mi cara, sino que mis ojos estén funcionando perfectamente, que vuelva mi visión perfecta como era yo, lo demás ya no importa".

La matadora colombiana, quien actuaba por cuarta ocasión este año, manifestó que anímicamente ya se encuentra un poco mejor, con excepción de que su visión es un tanto borrosa.

A ocho días del percance, Morelli acudió en días pasados con el cirujano plástico Jesús Eduardo Muñetones, quien le retiró algunos puntos de sutura de la frente y revisó que el injerto que se le puso vaya prendiendo bien. Volverá en una semana a revisión. Recordó el momento exacto en el que el toro de San Antonio de Triana le echó mano.

"No fue un tropiezo, pues el toro hizo por mí y me pegó en el pecho. Luego, caí en el piso y no sabemos si el golpe me lo dio con la pala del pitón, porque si hubiese sido con la pezuña me hubiese fracturado el cráneo. Eso es lo que me han comentado los expertos".

Rocío que el toro había salido abanto, fue difícil cerrarlo en tablas y se quedó parado en el tercio, según explica:

"Mi idea era pegarle una tanda de derechazos en tablas, como ya lo había hecho con otros toros similares, pero éste, al primer muletazo, me dio un pitonazo en el pecho que me derribó hacia atrás. Al caer al suelo ya traía el golpe, sentía bastante dolor al cubrirme y solo pensé en girar, pero el cuerpo no me respondía y sólo sentí que el toro me arrastraba y me daba pisotones en la espalda, pero nunca sentí un golpe contundente en la cara".

En estos días de hospital, Morelli ha recibido una gran cantidad de llamadas de sus compañeros toreros, de México, España y Colombia, quienes se han preocupado por su estado de salud y le han enviado flores a la habitación.

"He sentido todo el cariño de muchas personas que no conozco, pero que me envían mensajes muy bonitos. Mi mamá, pobrecita, era la que estaba más afectada emocionalmente y muy desesperada, ya que no podía comunicarse conmigo y sólo leía lo que publicaban los medios. De Colombia me han hablado el matador Cristóbal, Juanito, el maestro César Camacho, ganaderos; de México me han hablado muchísimos y me han enviado flores y mi compañero de cartel, Tato Loaiza, que se quedó en la habitación día y noche los días más difíciles", comentó.

Después de la revisión, tocará todavía seguir las instrucciones de los médicos, pues por ahora lo más importante es ver la evolución del injerto.

"Mi esguince va mucho mejor, me mareo un poco, me cuesta caminar distancias largas, ahí va. De la fractura de nariz, el doctor Muñetones me dice que no hubo necesidad de abrir más, mi nariz está inflamada, pero quedará como siempre la he tenido. En cuanto a la sutura del cuero cabelludo, en la frente no tengo sensibilidad y eso va a tardar meses o años en regresar. Acerca del injerto es un proceso lento que tomará unas tres semanas el saber que ya está adaptado a mi piel", añadió.

Así pues, la recuperación será lenta, sobre todo por el injerto en el párpado, el cual ahora está totalmente inmóvil, por lo que deberá estar con un apósito en el ojo un par de meses más. La matadora espera estar bien para diciembre y poder retomar su carrera.