Ginés fue poco a poco haciéndose de las embestidas de "Ranchero", al grado de terminar de cuajar un par de tandas por el derecho, la faena tuvo los argumentos necesarios para hacerse de la primera oreja de la noche.
Ante su segundo mientras tomaba la muleta, vio con un gesto de asombro que sus compañeros de cartel anunciaban los toros de regalo correspondientes. El descastado toro de Santa Fe del Campo que le tocó en suerte, comenzó a rehuir la pelea y quería escupirse hacia las tablas, por lo que Ginés le dejó la muleta siempre adelante para evitar que se fuera.
Le tomó las distancias adecuadas y terminó por sacarle el fondo, de cierta manera salvando la noche gris por el mal juego que dio el encierro del hierro titular. Tras media estocada, el toro dobló, concediéndole una oreja que finalmente terminó por ser protestada por un sector del público.
Ernesto Javier “El Calita” se llevó un mal lote que poco le permitió hacer, pese a la disposición que mantuvo el torero. Con su primero, un toro distraído y bastante incómodo, sobre todo por el pitón derecho, el coleta dejó ver el oficio que ha ganado con el paso de los años.
El segundo de su lote apenas y le aguantó un par de tandas, luego comenzó a quedarse corto y con ello la faena terminó. Con el toro de regalo, del hierro de El Junco, Calita ejecutó tandas buenas por el pitón izquierdo, sobre todo cuando le dejaba la tela muerta y luego tiraba de ella. "La pelea de gallos" sonó y parte importante del público la protestó, luego se metieron con el torero que fue quien pagó los platos rotos por ese detalle.
Sergio Flores se amarró los machos ante su primero, un toro que parecía toreado, en varias ocasiones estuvo a punto de llevárselo de corbata, de manera inteligente lo lidió de pitón a pitón. Casi en la misma línea de juego fue el segundo de su lote, más que voluntarioso el torero tlaxcalteca.
Con el de regalo, de San Pablo, apenas en los primeros muletazos el toro se echó a la arena y tardaron en volver a ponerlo de pie, el toro acusaba debilidad, por lo que el torero tenía una tarea complicada. En mal momento, Sergio resbaló delante de la cara del toro, y el de San Pablo, al querer hacer por él, dobló los remos delanteros cayendo prácticamente sobre el torero, provocándole un fuerte golpe.
Tras ser llevado a la enfermería para ser revisado, el diestro tlaxcalteca volvió a la cara del toro para hacerle fiestas a pesar de su debilidad. La música, de manera desatinada, volvió a escucharse, pero el torero solicitó silenciar a la banda para concluir una faena de entrega que merecía ser premiada, pero la espada lo impidió.