Las fallas con el acero impidieron que se hablara de una tarde de triunfo. De los seis novilleros y el rejoneador que integraron la novillada de triunfadores, Alejandro Adame, Rubén Núñez y Jairo López perdieron las orejas al tirarse a matar. Si bien, los cerca de cuatro mil aficionados los arropó, el no tener un triunfador claro dificultó la labor del jurado.

Al final del festejó se designó a Rubén Núñez (tabaco y oro) como el triunfador absoluto, otorgándole el trofeo "Manuel Capetillo". Rubén, tuvo una actuación redonda, con el capote lució con un quite por fregolinas y en el tercio final, mostró sobriedad y reciedumbre al torear por ambos lados acentuando el sitio y dominio que tiene, fueron series cortas, rematas con el de pecho sin castigar de más a "Zorro", corrido en sexto. Vuelta al ruedo.

A Jairo López (azul marino y oro), le correspondió el novillo de la tarde "Maleno", marcado con el número 156, un bravo y codicioso ejemplar que en todo momento le exigió a Jairo, si bien, el diestro tapatío tuvo altibajos, ligó pasajes de gran valía por el lado derecho, corriendo la mano abajo en trazos largos y sentidos, pases que arrancaron el olé profundo. dejó en claro que tiene cualidades para sobresalir en la fiesta brava. Mal con el acero. Al final del festejo el reconocimiento de la peña Mal de Montera otorgándole el premio "Montera de Plata".

Alejandro Adame (azul marino y plata), toreó con lentitud aprovechando cada una de las contadas embestidas que tuvo "Polillo", novillo con fijeza y nobleza. Fue un trasteo en un palmo de terreno cerca del burladero de matadores. También falló con la toledana e incluso, en el segundo viaje, la espada pegó en una banderilla ocasionando  que se fuera de filo y resultara con un fuerte golpe en el hombro, dando la impresión de que se lo dislocó. 

El rejoneador José Funtanet (traje campero andaluz), con el abreplaza, realizó una faena larga, si bien, colocó solo un rejón de castigo, en banderillas clavó siete y dos rosas. Ocupó de medio rejón de muerte y tres golpes con el descabello para pasaportar a "Poeta". Cabe destacar la labor de los Forcados Amadores de México, de nueva cuenta el cabo de cara, realizó una pega vibrante.

Juan Dinastia, lanceó a la verónica con soltura y con la muleta arrancó la ovación al llevar a "Zucarito", del tercio a los medios. Fue el único que mató al primer viaje aunque tardó en doblar el astado. El tercero, que correspondió a Eduardo Neyra, fue de más a menos y terminó rajado regateando las embestidas, sobresalieron las ajustadas verónicas con que lo recibió. César Pacheco, recibió tres achuchones por fortuna sin consecuencias, su entrega la reconoció el público que le pedía matara a "Coquero".

Los novillos de Villar de Águila, cumplieron en presencia y comportamiento, en términos generales, acometían a los engaños con recorrido y codicia, destacó el sexto y séptimo, que merecía por lo menos un arrastre lento.