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"Ha sido una etapa de aprendizaje": Kevin Loyo

Lunes, 10 Oct 2022    CDMX    Redacción | Foto: Archivo   
El novillero de Reynosa relata su actividad de tres años en España
El sacrificio de quien quiere ser torero no siempre se demuestra con entrenar ocho horas diarias, hacer el toreo de salón y de vez en cuando ir a alguna ganadería. En ocasiones también se requiere de buscarse por sí solos las oportunidades, sacrificar los tiempos con la familia y, en algunos casos, vivir lejos de su país.  

El tamaulipeco Kevin Loyo, de 20 años, es uno de esos ejemplos recientes de nuestros toreros que viven tratando de alcanzar un sueño. Para él no ha sido fácil dejar su hogar desde hace tres años y buscarse un lugar en alguna escuela de México o España.  

El domingo pasado su esfuerzo y dedicación estuvieron a punto de darle un premio, ya que al ser participante en un festejo de selección del Certamen "Camino a Las Ventas", lo llevó a vivir por momentos esa ilusión y de acariciar su sueño.  

Pero, aterrizado en la realidad, el alumno del CITAR revela que ya no tiene más dinero con que seguirse costeando su estancia y preparación en España, por lo que tendrá que volver a México a vivir de la realidad que enfrentan muchos aspirantes como él.  

"La verdad que fue una buena temporada la que hice acá en España, pero me regreso a México por falta de dinero. No cuento con el apoyo de nadie que me financie el estar acá, solo algunas personas de Reynosa y Matamoros que a veces me apoyan, pero no es algo fijo como para poder continuar, por eso me regreso", dijo.  

Cuando Kevin decidió irse por primera vez a España lo hizo con sus propios recursos económicos y con el apoyo de estos amigos que hicieron eventos y rifas para ayudarle con sus gastos.  

Se inscribió en el CITAR donde estuvo cuatro meses hasta antes de la pandemia.  

Su deseo fue regresar y para eso los dos años anteriores, en plena pandemia, estuvo trabajando en un supermercado como mesero en un restaurante, ayudando a vender carros en el lote de un amigo, y también repartiendo flores el 14 de febrero y el 10 de mayo. Fueron años difíciles para el aspirante que nunca perdió la fe.  

"Este año vi que ya tenía algo de ahorros y decidí venirme para acá en abril y desde que llegué, hasta la fecha, he podido torear bastantito. A la mejor siempre puede ser más, si se puede estará mejor, pero dentro de mi bagaje di lo que pude, hay muchas cosas por mejorar y por entrenar", reconoció el torero.  

Kevin Loyo nació en Reynosa, Tamaulipas el 14 de julio de 2002. Tiene 20 años y ningún antecedente taurino.  

"Nadie de mi familia se dedica al mundo taurino, ni toreros, ni ganaderos, ni nada. Se podría decir que siempre he estado en contacto con animales de rancho porque mi papá es veterinario, pero nada que ver en el ambiente de los toros".  

Cuenta que, como muchos, le entró la curiosidad de ser torero viendo las corridas por televisión.  

"De pequeño se hizo un intento por entrar a una escuela taurina pero las que había estaban en Tlaxcala, Aguascalientes o España y pues estaba difícil, mis papás no me iban a dejar ir solo. Un día vi pegado un cartel de una escuela taurina que se abriría en Reynosa. Iba con mi papá y le dije que me llevara y fuimos por simple curiosidad”,  

Su primer maestro en esa escuela fue Julio Rivera "El Chirrín", novillero en retiro ampliamente conocido de Monterrey  

"Él fue quien me enseñó a agarrar el capote y la muleta. Pude torear en algunos festivales en Reynosa, Morelia y en tentaderos mas que nada en el norte y en algunas ganaderías de Tlaxcala, Jalisco y Guanajuato donde me he podido colar también".  

Pero un día la escuela cerró y Kevin quedó a la deriva por lo que decidió acercarse a seguir aprendiendo con otros toreros de la región como Enrique Espinoza "El Cuate", José Daniel Ayala, Isaac leal, Juan Antonio Adame y Alberto Galindo "El Geno", matadores regios que iban a tentar a alguna ganadería de la región.  

"Debuté como novillero sin caballos en México y toreé dos festejos y uno incruento en Estados Unidos. También me fui en vacaciones de verano dos meses a Tlaxcala mientras estudiaba la preparatoria.

"Fue entonces cuando vi que para seguir en esto se necesitaba seguir avanzando y fue cuando busqué las más famosas de España, como la de Madrid, la de El Juli y en esa búsqueda encontré la del CIITAR, que era la que se me facilitaba más por la cuestión de papeles y la visa, y esa al final, creo que fue una buena elección".  

En su primer viaje en 2019 estuvo cuatro meses y alcanzó a torear cuatro clases prácticas con buenos resultados.  

A su regreso continuó preparándose un año en Aguascalientes, entrenando en la Plaza San Marcos y buscando tentaderos.  Luego llegó la pandemia, se regresó a Reynosa. Terminó en línea la Prepa y cuando se podía hacía los trabajos para tener un ahorro y regresar a España.  

"Esta temporada toreé cinco festivales, clases prácticas y cuatro novilladas sin picadores. Participé en varios certámenes. Gané uno en Aloevera y pasé a la semifinal de ‘Guadalajara busca un torero’, participé en el certamen "Camino hacia Las Ventas" y si hubiera tenido mejor suerte el domingo en Chapinería a la mejor hubiera podido puntear para llegar a la Final, pero si el próximo año puedo regresar, ese será el objetivo de llegar a la fina de ese certamen", agregó.  

Kevin no regresa derrotado. Viene más maduro como persona y más torero.  

"Aprendí mucho por acá, tanto de toreo, técnica y también en el plano personal ya que estar acá solo, sin tu familia, lo va forjando a uno para la vida.  

Ya no tanto para estar en el mundo de los toros que es muy especial, hay que saber siempre dar bien la siguiente jugada o el siguiente paso. Todo eso por lo menos a mí me va a ayudar tanto en los toros como en mi vida personal. He aprendido a valorar las cosas y el esfuerzo. Te das cuenta de que las cosas no son nada fáciles, pero si uno las quiere conseguir hay que luchar e ir tras ellas", finalizó.


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