Y fue hasta el último de la tarde, el mejor toro del encierro de Fernando de la Mora, donde Aguilar desbordó sus ganas de triunfar para salir con dos orejas en la espuerta, apenas cinco semanas después de haberse doctorado en la Plaza México en la corrida del 5 de febrero.

Saludó al cierraplaza con verónicas ajustadas y templadas para llevarlo al caballo por tapatías, en quites se ajustó en los faroles invertidos que convino con una gaonera. Con la muleta cimentó su faena por ambos lados, destacando los cambiados por la espalda, los trincherazos y pases de la firma con que rubricaba las series. Fue una labor complicada, sobre todo al inició, ya que pisó terrenos comprometidos aguantando a pie firme las acometidas de "Jimador".

Más tarde, de hinojos toreó por manoletinas en medio del entusiasmo del público, que estaba rendido a su entrega. Culminó la faena de una fulminante estoca, ante el contento general del público, que lo premió con dos orejas, y arrastre lento para el toro.

Con su primero, complicado, que regateaba las embestidas y se quedó parado, manifestó las ganas que traía de triunfar, despatarrado hilvanó una serie de tres naturales lentos, tan lentos, como largos y templados. Lo mejor de la tarde. Pinchó y fue premiado con una ovación en el tercio.

Leo Valadez se la jugó con el segundo de la tarde,  pues el toro se quedaba parado y provocó fatigas a los banderilleros. Metido en los terrenos del toro, en la zona de tablas, el otro hidrocálido del cartel hilvanó dos series que le valieron el reconocimiento de los cerca de cuatro mil asistentes que lo llamaron al tercio, aun después de fallar con los aceros.

Con el quinto, que punteaba y se revolvía en un palmo de terreno, Valadez estuvo tesonero, cubrió el segundo tercio con efectividad, sobresaliendo el par al violín. Con la pañosa, nunca logró hacerse del complejo toro, y como falló con la espada hasta escuchar dos avisos. Se retiró al callejón entre división de opiniones.

Cabe destacar la actitud de Octavio García "El Payo" con el toro de Julio Delgado, lidiado en primer lugar, pues presagiaban la faena grande. Sin embargo, el toro inició con transmisión y se movía pero fue a menos, y como lo pasaportó de una entera tendida, el queretano se retiró en silencio al burladero.

Con el cuarto, un toro alto y basto de hechuras, que embestía con la cabeza arriba, El Payo estuvo empeñoso. Un sector del público le pedía que matara a "Tequilero" y abreviara. Pero Octavio, en su deseo de agradar, fue cogido aparatosamente por en el muslo izquierdo, rompiéndole la taleguilla.

Fueron segundos dramáticos que estuvo El Payo suspendido en el aire, por fortuna sin recibir una cornada grande, no obstante el cuerpo médico de la plaza decidió trasladarlo al hospital para revisarlo, donde se confirmó que sufrió una laceración en el pene. Con arrestos, Octavio se quedó en el ruedo hasta pasaportar a su enemigo. Su compañero de terna Leo Valadez, estuvo atento apoyándolo mientras finiquitaba su labor.

El encierro de Fernando de La Mora cumplió en presencia y tuvo un comportamiento contrario a lo que suele presentar, ya que varios ejemplares sacaron complicaciones. Fue un encierro interesante que exigió a los toreros emplearse a fondo, y así lo hicieron aunque solamente Miguel Aguilar obtuvo buenos resultados, y ya quedó posicionado como otro de los grandes triunfadores de esta temporada marcada por los jóvenes espadas.