En marzo de 1991 un hombre de raza negra llamado Rodney King fue golpeado por policías de Los Ángeles, en los Estados Unidos, hasta casi dejarlo sin vida. Las escenas dieron la vuelta al mundo y conmocionaron a los norteamericanos. Rodney King pasó a la historia no sólo por ser victima de violencia, sino porque un año después, como resultado del veredicto de su juicio, se suscitaron fuertes disturbios en Los Ángeles que provocaron incendios, robos y múltiples enfrentamientos entre activistas negros y la policía.
Rodney King apareció en televisión para tratar de calmar a la muchedumbre y pronunció una frase que se ha convertido en un símbolo en la lucha por un mejor trato entre personas: "Can´t we all get along?" ("¿No podemos llevarnos bien todos?").
Las palabras de Rodney King deberían hacernos reflexionar a taurinos y antitaurinos: ¿No podemos llevarnos bien? Para escribir el artículo, revisé aquel famoso discurso de Rodney King. Era un taxista negro, había estado preso por robo y por consumo de estupefacientes. Avanzaba a trompicones, visiblemente nervioso e intentaba contener las lágrimas cuando dijo ante las cámaras de TV: "Señores, solo quiero decir, ¿no podemos llevarnos bien todos? … ¿No podemos llevarnos bien todos? Quiero decir, todos estamos atrapados aquí por un tiempo. Tratemos de resolverlo".
A finales del 2021 murió el filósofo español Antonio Escohotado. Su muerte me provocó la curiosidad de revisar parte de su trabajo. Fue un hombre que luchó por la libertad. Su objetivo era exponer los hechos para provocar reflexión y que los demás nos formáramos una opinión. No era taurino, no obstante cuando falleció la Fundación Toro de Lidia puso en redes sociales una cita que ilustra su pensamiento: "No voy a los toros pero iría porque hay gente que disfruta de las corridas. Y nadie puede quitar, con un decreto o una ley, algo que la gente quiere y necesita".
Vinculo el pensamiento de Escohotado con el recuerdo la frase de Rodney King porque ambos nos pueden enseñar a dialogar con personas que tienen pensamientos distintos e inclusive contrarios a los nuestros. Antonio Escohotado escribía sin adjetivos, ni adverbios.
Mi esposa es escritora y también insiste en que se debe evitar el uso de adjetivos y adverbios. Ella lo hace para darle elegancia y estética a sus textos, así que nunca había relacionado su recomendación con el debate de las ideas. Paloma explica que los sustantivos y los verbos suelen ser fuertes y cuando las frases se basan en ellos, hacen que las historias cobren vida y los personajes atrapen al lector. Adjetivos y adverbios, en cambio, suelen ser débiles y cuando se abusa de ellos los textos se convierten en lentos, imprecisos y aburridos.
Para Antonio Escohotado los adjetivos y adverbios polarizan: "Los adjetivos son todos polares, como alto, frío, bueno, grande, etcétera, mientras los sustantivos reposan todos sobre sí mismos". Hablando sobre su libro "Los enemigos del comercio", el filósofo explicaba: "Lo que está claro es que los adjetivos los emplean los amigos y los enemigos del comercio, y yo no quiero ser ninguna de las dos cosas. Tampoco uso adverbios. Me ha costado mucho, porque eso requiere elegir muy bien el verbo. Cuando las frases no salen, el bisoño se busca un adverbio o un adjetivo. Pero lo que hay que hacer, y se lo dice un viejo, es seguir buscando el verbo, aunque te tires un día atascado en eso".
Los adjetivos rompen el diálogo y nos dividen en bandos: malos contra buenos, ellos vs. nosotros, animalistas frente a taurinos. Cuando nos dejamos de escuchar surgen los absolutos, los dogmas y el pensamiento único. Para Escohotado, un dogmatismo es preferir prejuicio a juicio, reglamentación a derecho, la costumbre a la reflexión y al libre examen.
El papa Francisco propone la cultura del encuentro que tiene su fundamento en la comunicación cercana, en la empatía, en sentir al otro. Al igual que Antonio Escohotado, el Santo Padre propone luchar contra nuestro egocentrismo, salir de nosotros mismos para llevarnos mejor. Como decía Rodney King, todos estamos atrapados aquí por un tiempo, tratemos de llevarnos bien.