La empresa TauroPlaza México cumple este sábado cinco años de haber organizado su primer festejo en el coso de Insurgentes, al inaugurar aquel inusual ciclo denominado "Soñadores de Gloria", una temporada de novilladas sin picadores que despertó cierta controversia, ya que nunca se habían celebrado festejos de esta naturaleza en dicho escenario.

Se trataba de una apuesta diferente que arrojó sus frutos y llamó la atención del público, al percibirse una manera distinta de hacer las cosas. Entre esos logros tan puntuales habría que anotar el posicionamiento de la Corrida Guadalupana, con esa inolvidable tarde a beneficio de los damnificados del sismo de 2017, y que apenas el martes pasado su recuerdo nos llegó de súbito con un nuevo temblor.

También la corrida de rejones de final de año ha sido otro aliciente, pues se trata de un espectáculo alternativo que ha arrojado triunfos memorables, como el indulto del toro "Gaspar", de Vistahermosa, a manos de Emiliano Gamero, y digamos que en estos años han ocurrido varios hitos puntuales que ahí quedan para seguir llenando páginas en los 75 años de historia del emblemático coso.

Hasta ahora, la empresa ha dado cuatro temporadas de novilladas y otras tantas de corridas, ajustándose a un esquema tradicionalista que ya está demasiado gastado y parece que ha quedado desfasado de las necesidades actuales del público. Sin embargo, la Ley para la Celebración de Espectáculos obliga a determinadas exigencias que impiden a la empresa aventurarse a hacer un nuevo planteamiento en el formato de la actividad taurina de la capital.

Pretender hoy día que el público vaya a los toros cada domingo, ya sea a las novilladas en los lluviosos meses del verano, o a las corridas durante todo el invierno, resulta difícil si no hay una planificación que comulgue con las fechas de los grandes espectáculos que oferta esta capital; aquellos otros que están al alcance de la mano en la televisión; los periodos vacacionales que se atraviesan en varias etapas, o los días de “la cuesta de enero”, entre otros muchos factores a tomar en consideración.

En estos cinco años ha habido de todo, pero se espera que la empresa vaya a más; que tenga el talento para acoplarse a las circunstancias, y que haga un planteamiento más atractivo de todo cuanto rodea a la Fiesta en la capital. Sólo así, en una época tan adversa, podría enarbolar ese liderazgo que sigue siendo una asignatura pendiente.

En breve habrá noticias de su pronta reapertura, un hecho que debe llenar de entusiasmo a la afición tras un largo silencio que sólo ha generado incertidumbre. Porque lo que ocurre en la Plaza México permea al resto de la provincia gracias a su amplia trascendencia taurina y mediática, y esto nunca hay que perderlo de vista ya que se trata de la catedral del toreo en América.