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Muere el rejoneador Felipe Zambrano

Lunes, 03 May 2021    CDMX    Redacción | Foto: Archivo   
Se marcha un gran caballero, en toda la extensión de la palabra
La fiesta de los toros sigue de luto, y a la lamentable lista de los últimos días se suma el nombre del rejoneador Felipe Zambrano, que falleció hoy en su casa de Monterrey, a la edad de 80 años, y como consecuencia de una deficiencia respiratorio que padecía desde hace varios años.

Don Felipe nació en Monterrey el 23 de septiembre de 1940. Desde su juventud fue un apasionado de los caballos, y la amistad de su familia con varios taurinos importantes de su época, lo llevó por esos senderos del rejoneo, alentado por su hermano Evaristo, que se le había convertido en caballista por la amistad que ambos trabaron con el gran Gastón Santos.

De hecho, Evaristo fungió como testigo de su alternativa, misma que recibió en la Monumental Monterrey el 1 de marzo de 1970 de manos de Pedro Louceiro, con toros de Loma Alta, ganadería tamaulipeca propiedad de Arturo García, en una corrida en la que también actuaron a pie los matadores Fernando de la Peña y Roberto Ortiz "El Fotógrafo".

Había comenzado a torear en 1962 y cinco años más tarde se presentó en la Plaza México con el toro "Sonajero", de la divisa de Tequisquiapan. A partir de ahí, su pasión por el rejoneo terminó de consolidarse y continuó con su carrera hasta llegar al doctorado, y todavía toreó cuatro años más antes de retirarse.

Uno de sus logros fue haber toreado tres corridas en un mismo día, el 31 de octubre de 1965, un hecho que no es nada frecuente para un rejoneador por la complejidad de los desplazamientos. Pero él lo hizo en las plazas de Reynosa, Saltillo y Nuevo Laredo, a las que se movió en avioneta.

En esos años, don Felipe fue un torero a caballo con enorme afición y sumó muchas corridas, mayoritariamente en las plazas del norte y la zona fronteriza, donde gozaba de muy buen cartel. Pero también lo hizo, y con éxito, en plazas como "El Progreso" de Guadalajara o la "San Marcos" de Aguascalientes, y en otras muchas de El Bajío, pues contaba con una cuadra muy completa y bien adiestrada.

En 1966 fue uno de los promotores del famoso Festival de Las Palomas que cada año se celebraba en Monterrey en el cortijo "San Felipe", y donde se daba cita lo más granado de la sociedad local y también de algunas otras regiones de México. En 1974 decidió retirarse para dedicarse por completo a la política, actividad a la que dedicó su esfuerzo y talento hasta el año 2006.

Desde aquí enviamos un sentido pésame a toda su familia, especialmente a su hermana Rosario por esta lamentable pérdida, la de un caballero no sólo "en plaza", como se dice al respeto de los hombres dedicados a esta noble disciplina, sino en toda la extensión de la palabra. Descanse en paz.


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