Ahora sí parece que la reactivación de la Fiesta en México comienza a tomar vuelo, pues hacía mucho tiempo que en la sección de carteles de este portal no había 19 eventos programados en una lista que está cargada de esperanza… y aprendizaje esta nueva forma de afrontar unas circunstancias marcadas por la adversidad.
Ahí están ya a la vuelta de la esquina las corridas de Huamantla y Tlaxcala, así como las novilladas en los cortijos de Aguascalientes y Jalisco, y los festejos de Zacatecas, en esos estados repletos de tradición taurina que se han convertido en punta de lanza y ejemplo para otros donde no se ha hecho nada.
Porque independientemente de la importancia de cada escenario donde habrá toros, el esfuerzo realizado por los distintos organizadores es digno de aplauso, y esas ganas de no convertirse en presas del inmovilismo que tanto daño hace, pues solo genera una incertidumbre carente de un mensaje de aliento.
Y si algunos piensan dar toros hasta que el semáforo cambie a color verde, deberán seguir esperando a la vera de una vía del tren que obstruye el paso, y avanza lentamente sin que pueda verse aún el final de una larga fila de vagones. Mientras tanto, hay otros más emprendedores e ingeniosos que están cavando un túnel para colarse por debajo, o aquellos que construyen un puente por encima del tren. El caso es pasar del otro lado del camino.
Porque al margen de si serán festivales, novilladas, festejos charro-taurinos o corridas formales, por lo menos el sector comienza a avizorar algún atisbo de mejora, y eso, en estos tiempos que corren, tiene un gran significado, con todo y el desorden y la ausencia de un liderazgo que encauzara todas estas loables iniciativas.
Así que en un lapso de poco más de un mes, y con estos festejos en puerta, además de los que se acumulen en las próximas semanas, la fiesta de los toros tomará conciencia de la forma en que su púbico vuelve a las plazas para experimentar una "nueva normalidad" que esperemos no se trastoque con una segunda ola de contagios.
Si la gente no actúa con responsabilidad durante el período de vacaciones de Semana Santa, la situación podría agravarse de nuevo, y eso obligaría a dar marcha atrás a la semaforización sanitaria, lo que impediría la celebración de eventos públicos con aforo restringido.
No cabe duda de que nos encontramos en una era muy peculiar, que si en un principio sólo nos provocó desánimo y ansiedad, hoy día nos plantea nuevos retos que nos harán sacar la casta para reinventarnos. Llegó el momento de que la tauromaquia haga un profundo examen de conciencia para analizar los errores del pasado y tratar de no volver a cometerlos en el futuro.