Garnica, como lo llamaba todo mundo, nació en esta Perla Tapatía el 12 de diciembre de 1930. Luego de recorrer la legua como cualquier maletilla, decidió convertirse en banderillero y comenzó como aspirante en el año de 1959 y estuvo en dicha categoría hasta 1961, en que se convirtió en profesional. Y aunque en esos primeros años no era muy diestro con el capote, desde que comenzó en la profesión el público lo acogió con cariño por su simpatía y forma de sentirse torero en la calle y la plaza.

En esa primera etapa como aspirante se vestía con ternos prestados y cuando esos favores escasearon, don Ignacio García Aceves y su socio Alberto Topete, empresarios del desaparecido coso "El Progreso", le regalaron ropa recién salida de la aguja, pues ambos lo apreciaban mucho. Y todo atendía a que sus paisanos exigían que actuara en su plaza.

En cierta ocasión, el 15 de abril de 1974, le entregaron una oreja por un par de banderillas, lo que sin duda representó un hecho sumamente singular en su carrera. En esa ocasión torearon los matadores Martín Obregón Santacilia, Jorge García "Maravilla" y Silvano González "Gallito".

Un día clavó un par con tal enjundia, que uno de los palos se introdujo en el hoyo del puyazo y el toro no tardó en doblar. Y en otra oportunidad, luego de que el banderillero de Manolo Dos Santos había pasado en falso dos veces, la gente solicitó que Garnica clavara el par de banderillas y lo hizo de forma soberbia. Según su hijo Roberto, aquel fue el mejor par que puso en su vida.

Hacia el final de su trayectoria se colocó con el rejoneador Gastón Santos. Asimismo, compaginó su actividad en los ruedos con la de su taller, donde se dedicó a hacer zapatillas que eran muy apreciadas por compañeros banderilleros, además de los novilleros y los matadores. Por otra parte, también confeccionaba banderillas, de tal suerte que siempre se mantuvo muy activo, pensando siempre en los toros, que era su vida.

También fue amigo de Conchita Cintrón y de otras figuras de la época, así como de ganaderos, como Paco Torre o el doctor Gabriel de la Torre, a los que solía acompañar a sus respectivos ranchos a presenciar tientas o realizar cualquier labor que se ofreciera, pues Garnica siempre fue un hombre sumamente eficiente, además de educado.

Su cuerpo será velado en la funeraria de Av. Federalismo Norte 1485, de las 18:00 a las 22:00 horas, debido a la emergencia sanitaria. Una vez que las condiciones lo permitan, se organizará una misa en la plaza "Nuevo Progreso", tal y como era el deseo de Garnica, incluida una vuelta al ruedo a sus cenizas.

Aprovechamos para enviar nuestro más sentido pésame a toda su familia, especialmente a sus hijos Josefina, María del Refugio, Roberto, Juan Carlos y Laura Leonor. Deseamos que muy pronto encuentran resignación ante la pérdida de un personaje tan agradable y humano como lo fue este gran torero de plata.