Miles de aficionados y profesionales de la tauromaquia se concentraron en la Plaza Mayor de Salamanca, acto para reivindicar su derecho a la libertad, exigir un alto a la discriminación, con la petición pública y enérgica de que el gremio taurino sea tomado en cuenta dentro de la industria cultural.
El movimiento surge a través de la plataforma denominada También Somos Cultura, integrada entre otras situaciones para reivindicar y hacer visible a este sector como práctica cultural que fomenta distintos valores humanos, por aparte de la extensa derrama económica y generación de empleos.
La comunidad cuenta con el respaldo de más de un centenar de asociaciones culturales y peñas taurinas, en suma a cirujanos, ganaderos, presidentes de plaza, mayorales, veterinarios, periodistas y todo aquel aficionado interesado en preservar de manera legítima su elección de asistir a su espectáculo predilecto.
Se ponderó de manera especial el hecho de que este movimiento no pertenece a ningún partido político, pues el toreo no es de izquierdas o derechas, ni cuenta con partido o ideología política, en contraparte, representa una expresión cultural y popular que aglutina todos los estratos sociales.
El evento lo encabezó Enrique Ponce, quien compartió el estrado con sus homólogos Julián López "El Juli", Miguel Ángel Perera, José María Manzanares, Diego Urdiales, Paco Ureña, Saúl Jiménez Fortes, Cristina Sánchez, entre otros. En su oportunidad el maestro valenciano leyó el manifiesto que se reproduce a continuación:
"Somos la gente del toro, cultura de un pueblo libre que celebra la vida alrededor de un animal mitológico, con ritos milenarios que nuestra cultura latina ha sabido preservar.
Somos el mundo del toro, somos brutos y sabios, del sol y la sombra, de derechas y de izquierdas. Somos de la calle, de la cuerda y de la plaza. Somos la cultura con la que un pueblo se expresa alrededor de la tradición del toro, cultura que heredamos de nuestros abuelos y transmitiremos a nuestros nietos.
Somos la cultura universal que mantenemos viva en un lazo de hermandad pueblos del Perú, de Venezuela, Ecuador, Colombia, Portugal, Francia, México y España. Reyes y papas han querido prohibirnos en el pasado, les molestaba una cultura que no podían controlar. Pero nunca pudieron con la fuerza de un pueblo.
Nuevos poderosos, en nuevos tribunales de inquisición, pretenden de nuevo prohibirnos.
Pero tampoco podrán, porque la cultura no se censura, la cultura no se puede limitar, la cultura no se puede reprimir. La cultura es riqueza, diversidad, rebeldía, conflicto y creatividad. Pero la cultura es, sobre todo y por encima de todo, libre y nos hace libres. ¡Viva el toro!".