Francisco Martínez invitó a un grupo de 50 niños a la ganadería de Joaquín Aguilar, con la finalidad de enseñarles cómo es la vida del toro en su hábitat, y con ello difundir la importancia de Fiesta Brava y el proceso de crianza que el público en general no tiene oportunidad de admirar.

El joven matador sanmiguelense disfrutó mucho una experiencia inolvidable, pues la mayoría de los niños que acudieron se quedaron maravillados con el intenso programa de actividades que se llevó a cabo en esta jornada llena de aprendizaje, a través de la que se busca promover la fiesta de los toros de esta perspectiva, y con una buena dosis de compromiso taurino y social.

Los niños pertenecían al colegio Jean Piaget de su San Miguel de Allende natal, que fueron recibidos por el ganadero Joaquín Aguilar, que al recibirlos les hizo una explicación de la vida del toro desde que nace hasta que sale rumbo a la plaza. Después pasaron a los potreros para que vieran los empadres donde están las vacas con sus respectivos sementales, y más tarde se fueron a la plaza de tientas a aprender cómo se hacen las distintas suertes del toreo.

Asimismo, presenciaron la tienta de tres becerras mientras el ganadero les iba contando cómo es que calificaba a las futuras reproductoras, de las que dos fueron elegidas para tal fin. En esta labor también participó el novillero Juan Querencia.

Se aprovechó esta visita para que también presenciaran la labor del herradero y cómo eran marcadas las reses con su respectivo número y hierro de la ganadería.