Conviene subrayar la importancia que tiene Goya para la Fiesta de los Toros, más allá de los lugares comunes, pues constancia queda que fue quizá el primero que abrió el paso a una representación marcada por la tragedia, por el drama, superando así la mera representación de una corrida de toros.
El artista plasmó la esencia de la Fiesta, poniendo de relieve su fuerza simbólica, su dimensión universal, aquí donde se inicia la modernidad de la representación artística de los toros, modernidad que también se manifiesta en la conciencia que tuvo Goya del cambio fundamental e histórico que conocieron la corrida y el conjunto de la sociedad española de su época; cambio que él no dudó en plasmar.
Goya retrata a Pedro Romero el maestro nacido en Ronda, hijo y nieto de toreros fundadores de la gran dinastía, lo capta con emocionada unción destacando en el lienzo la viril y serena dignidad de su apostura, allí en la intención pictórica de la mano derecha que luce elegante el certero estoqueador, Goya proclama el orgullo despectivo que ostenta ante los toros el invencible rondeño.
Acerca de los lienzos goyescos con retratos de toreros atribuidos al maestro de Fuendetodos, no es muy clara la factura en unos casos ni la identidad de los diestros en otros. La inseguridad en los estudios en la obra de Goya es tanta que mientras Ortega y Gasset afirma que sólo pintó dos retratos, otros autores como Beruete y Morett señalan alrededor de una decena de rostros.
Pepe Hillo murió en la plaza de Madrid, bajo los cuernos de un toro negro, bronco, abueyado y astifino, oriundo de una ganadería castellana a la que el torero sevillano veía con ojeriza supersticiosa. Vestía de color azul con adornos en plata y el bravo y confiado espada sufrió la mortal cogida al entrar a matar en la suerte del volapié.
La muerte de Pepe Hillo aparece impresa en todo su dramatismo en una de las láminas de "La Tauromaquia", grabada al aguafuerte por el genial testigo, en otras estampas realizó otros aspectos espeluznantes de la mortal cornada, que posteriormente fueron publicados en la tercera edición de los aguafuertes de Goya.
Otra imagen contiene un recorte con el capote terciado y burlando al toro en un semicírculo que remata con la montera en la mano izquierda, suerte en la que puede apreciarse gracias a las imágenes del artista, toda la dosis de majeza y espectacularidad que ponía en el ruedo el malogrado ídolo sevillano.
En opinión del crítico Manuel Mújica, Francisco de Goya fue el autor intelectual del sistema geométrico en el que empezaba a dibujarse el toreo y en el que hoy se basa la tauromaquia, teorema que coloca en manos de los hermanos Romero los fundamentos de su ciencia para dominar y matar reses bravas.
Conocido será el autorretrato del pintor de cuerpo entero, luciendo el calzón largo, así como la chaquetilla sobre la pechera, ampulosa y rizada del lidiador, con un pequeño sombrero sobre su melena suelta. Porta en su mano izquierda su coloreada paleta, y con la mano izquierda sostiene su pincel, mientras al parecer imprime un vertiginoso trazo.
La famosa "Tauromaquia" bajo la inspiración de la "Carta Histórica", de Fernández de Moratín, es el eje central y foco de atención de la obra del maestro, donde La brutalidad y la dureza son indiscutibles, no obstante, como ya mencionó el crítico y académico Álvaro Martínez-Novillo:
"El deseo de realismo puede conducir al autor a la descripción sin concesión de lo que sucede en una plaza de toros. Aunque efectivamente el artista parece ensalzar algunas prácticas y criticar otras, resulta en todo caso peligroso atribuir una meta moral a una imagen cuando nada en ella indica una posición específica".
La pintura taurina de Goya, el dibujo, el aguafuerte y la litografía dedicados a la Fiesta de los Toros, son un testimonio vivo, elocuente, e incontrovertible sobre la capacidad técnica del maestro aragonés, que permite inducir y proclamar su militancia taurina en la creación del arte de torear.
Bibliografía:
Beruete y Morett, Aureliano de. "Goya pintor de retratos". Blass y Compañía. 1916.
Martínez Novillo, Álvaro. "El pintor y la tauromaquia". Madrid. Turner. 1998.
Mújica Gallo, Manuel. "Goya. Figura del toreo". Cultura Hispánica. Madrid. 1971.
Ortega y Gasset, José. "La deshumanización del arte". Revista de Occidente. 1981.