Hoy se da un milagro, pues por primera vez en muchos meses José Tomás actuará en público, el lidiador que nunca lidia, no me parece adecuado para un torero que podría hacerle un grandísimo bien a la fiesta de los toros con actuaciones más constantes en la tauromaquia universal.

No estoy diciendo que se presente 40 tardes al año, pues las cicatrices de los percances y la edad es un tema que también pega, pero cierto es que la afición taurina desearía verlo en un mayor número de tardes que la escasez que brinda actualmente, merced de las condiciones y de la magnitud de la figura del toreo que representa.

Siempre que torea es un espectáculo y mueve masas, pues sus partidarios tienen escasísimas oportunidades de verle torear. Vaya injusticia para el público, para la tauromaquia y para él mismo… pues es el torero que no torea.

No lo puedo entender, sobre todo porque él mismo ha dicho que vivir sin torear no es vivir; entonces queda poca vida en el Príncipe de Galapagar.

Sinceramente pienso que le haría mucho bien a la Fiesta que un hombre como José Tomás tuviera mayor actividad y que esa filosofía del silencio más bien se convierta en voz que retumbe a favor de la Fiesta Brava y de sus valores. Simple opinión, pero una figura del toreo tiene que estar para torear y también para rivalizar con sus oponentes en el ruedo.

Por eso el esquema de anunciarse con cuatro toros y un rejoneador no parece lo más interesante, pues sería fenomenal verlo en un mano a mano con Enrique Ponce, con Morante de la Puebla, con El Juli y otras tantas figuras que harían un espectáculo más intenso dentro del ruedo.

Es cierto que se arrima como ninguno y que pisa terrenos comprometidos… pero lo hace una vez al año. Preferiría que no se arrimara tanto pero que le saliera al de las patas negras en una plaza de toros por lo menos una vez al mes.

Lo anterior sin dejar de reconocer que es un gran torero y un hombre diferente que atrapa a los públicos y que tiene un sentido taurino inconmensurable. Justo por eso no logró entender por qué es el torero que no torea.