Banners
Banners
Banners

El comentario de Juan Antonio de Labra

Jueves, 06 Jun 2019    CDMX    Juan Antonio de Labra | Opinión     
...resulta inconcebible la forma de juzgar lo que sucede...
El nivel de rivalidad de la presente Feria de San Isidro ha generado un alentador panorama, y los triunfos se han sucedido unos a otros a lo largo de los días, lo que sin duda le ha conferido un interés especial a lo sucedido en la plaza de Las Ventas.

Toreros veteranos o jóvenes, algunas figuras y otros menos famosos, han buscado el triunfo afanosamente, sabedores de lo complicado que está el panorama y conscientes de la repercusión que tiene el ciclo venteño en el planeta de los toros.

Y han sido varios los cuatreños -y hasta cinqueños- que han contribuido al lucimiento, lo que sin duda se agradece, ya que eso es algo difícil que ocurra en un alto número en Madrid, donde en años pasados había que soportar varias tardes de aburrimiento hasta que brincaba un toro de triunfo.

Al margen del calado de los acontecimientos, y la importancia de las faenas realizadas, lo más destacable ha sido la entrega que han desplegado la inmensa mayoría de los toreros que han hecho el paseíllo en Madrid en estos días.

Prueba de ello son las tremendas volteretas que han producido, así como las cornadas sufridas por toreros como Gonzalo Caballero, Juan Leal o Manuel Escribano, al que le pegaron el "tabaco" más grave, y que no dejan de ser una muestra de la crudeza y el enorme riesgo que entraña el toreo cuando el sentido de la responsabilidad va en consonancia con las circunstancias.

También se han padecido varias injusticias provocadas por los distintos jueces de plaza que han presidido las corridas, cuya disparidad de criterios resulta incomprensible, y parece como si ellos también "rivalizaran" en ver quién se pone más necio e insensible ante determinadas peticiones de oreja que han sido desatendidas.

En estos últimos días algunos jueces se han puesto demasiado severos, llevando la exigencia a un grado sumamente riguroso que tampoco le viene bien al espectáculo, sobre todo en un escenario donde acude una variopinta muestra de aficionados.

Y así como a Antonio Ferrera le negaron la segunda oreja del excelente toro de Zalduendo en la corrida del 1 de junio, o a Ginés Marín la de su segundo ejemplar de ayer, otras equivocaciones se han cometido desde el palco de la autoridad, que también ha dejado de premiar con la vuelta al ruedo a tres o cuatro toros que han dado un magnífico juego.

Es lógico que la autoridad de Madrid quiera conservar su imagen de dura. Sin embargo, existen momentos en que resulta inconcebible la forma de juzgar lo que sucede, e interpretar el reglamento, o lo que el público demanda. Pero así están las cosas, y tener a varias personas presidiendo las corridas es un hecho que resulta contraproducente y hasta sería motivo de análisis y debate.


Comparte la noticia