El 8 de septiembre del año 2002 murió uno de los grandes exponentes de la tauromaquia mexicana a lo largo de la historia, como lo fue el maestro Alfonso Ramírez "El Calesero", a quien hoy queremos recordar a manera de semblanza para ponderar su exitoso paso por la Fiesta.
Aquel día era domingo. El Calesero. murió en su casa de la Ciudad de México, a la avanzada edad de 88 años
Nacido en la ciudad de Aguascalientes el 11 de agosto de 1914, Alfonso actuó en la faceta de becerrista antes de debutar como novillero, lo que tuvo lugar en la plaza "San Marcos", de su tierra, en abril de 1930, cuando apenas estaba por llegar a la edad de 16 años.
En 1935 conquistó el trofeo de la "Oreja de Plata" en el Toreo de la Condesa, uno de sus máximos logros como novillero, así como el indulto de un novillo de Pastejé en Monterrey, en el año 1937, al que cuajó materialmente de principio a fin en una faena sensacional.
El doctorado lo recibió el 24 de diciembre de 1939, previo a la Nochebuena, en el Toreo de la Condesa, de la Ciudad de México. El destacado novillero hidrocálido Alfonso Ramírez recibía la borla como matador de toros y daba uno de los pasos más importantes dentro de la carrera de un torero.
El Calesero llevó como padrino a Lorenzo Garza, quien le cedió los trastos en presencia de David Liceaga, en un cartel de lujo para una ocasión que lo ameritaba. El toro del doctorado llevó por nombre "Perdiguero", y perteneció a la legendaria ganadería de San Mateo.
Luego de tomar la alternativa en la fecha referida, ratificó su doctorado en Las Ventas de Madrid, lo que tuvo verificativo el 30 de mayo de 1946, tarde en lo que llevó como padrino a Pepe Luiz Vázquez y como testigo a Pepín Martín Vázquez, ante un encierro de Sánchez Cobaleda.
Fue la de Alfonso Ramírez una trayectoria sólida y en la que brilló el empaque de su tauromaquia, carrera en la que no estuvo exento de sufrir percances serios, pero siempre sacando el coraje para salir adelante y brillas en la llamada "Época de Oro" del toreo mexicano.
Una figura del toreo fue El Calesero, torero de arte y una gran suavidad para torear de capote y muleta. El llamado Poeta del Toreo no pudo haber sido un mejor mote para este maestro hidrocálido, que dejó para siempre su huella en la historia de la Fiesta en nuestro país.
Creador de la caleserina y base de una dinastía torera, la de "los caleseros", Alfonso dijo adiós a la profesión en el año de 1966.