Uno de los toreros con mayor sello y fiel exponente del toreo clásico, el maestro riojano Diego Urdiales, tomó la alternativa el 15 de agosto de 1999 en la plaza francesa de Dax, por lo que traemos a colación esta efeméride a 19 años de distancia.
La fecha que enmarcó el doctorado está enmarcada en la más alta tradición dentro del calendario taurino europeo. Urdiales partió plaza vestido de blanco y plata, y llevó como padrino al maestro Paco Ojeda, en tanto que por testigo de la ceremonia fungió Manuel Díaz "El Cordobés".
El toro de la ceremonia perteneció a la ganadería de Diego Puerta Hermanos y llevó por nombre "Amoscado", número 63 y con 465 kilos. El toricantano dio una vuelta al ruedo como balance final.
Nació en Arnedo, la Rioja, el 31 de mayo de 1975, por lo que contaba con 24 años al momento de recibir el doctorado. Al inicio de sus andanzas novilleriles se anunciaba como Diego de Arnedo, y su debut de luces tuvo verificativo el 2 de octubre de 1988, en su ciudad natal.
Con picadores se presentó el 21 de marzo de 1992, en el mismo sitio, y uno de los momentos determinantes durante su etapa novilleril fue ganar el Zapato de Oro, de Arnedo, en 1998, lo cual le impulsó en ambiente de cara a la alternativa del año siguiente.
Tras convertirse en matador de toros, ratificó en Las Ventas de Madrid el 8 de julio de 2001, de manos de Carlos Escolar "Frascuelo" y Jesús Pérez "El Madrileño" como testigo, delante de un toro llamado "Testigo", de la ganadería de Guardiola Fantoni, y cosechó una ovación.
Ha sido la trayectoria de Diego Urdiales un ejemplo de lucha y perseverancia, pero sobre todo de fidelidad a un concepto de pureza. Su carrera taurina no ha sido fácil y no fueron pocas las temporadas en las que los contratos no caían, pero el torero de Arnedo nunca perdió la fe y tarde que temprano llegó la recompensa.
La importante faena en Madrid a un toro de Carmen Segovia, en 2008, le valió el reconocimiento general. Y si en 2014 tuvo una temporada corta pero contundente, su carrera explotó definitivamente en la campaña 2015, de la que es especialmente recordada la Puerta Grande de Bilbao.