El pasado fin de semana, en una larga lista de pueblos y comunidades andinas, se vivieron las fiestas del Corpus Christi, celebración de naturaleza cristiana acogida en nuestra tierra a manera de agradecimiento a la tierra y al sol por las generosas cosechas.
La manifestación de alegría cobró especial importancia en Pujilí, en el centro del país, en cuyas calles y plazoletas, una vez más, se puso en escena la fiesta de "Octavas del Corpus Christi", una expresión de música, color y danza en la que centenares de personajes dieron forma a un maravilloso desfile lleno de significados ancestrales y religiosos.
Priostes, devotos, vecinos y turistas; desde aceras y balcones admiraron el lento pasar de figuras como oficiales, tamboreros, pingulleros, coheteros y mayordomos que, alrededor de la presencia central del danzante, entonados por la bullanguera banda de pueblo, manifestaban su homenaje a la tierra y a su fe.
El caso es que las fiestas del Corpus Christi en Pujilí fueron, otra vez, un compendio de la identidad ecuatoriana manifestada a través de una exuberante variedad de actos incluidos los infaltables espectáculos taurinos.
Con la idea de entender los contenidos de la famosa recordación citamos al reconocido antropólogo Oswaldo Encalada Vásquez y su texto “Los Toros en la Fiesta Popular Ecuatoriana”:
“Uno de los componentes más importantes de la cultura no material de los pueblos es aquel que tiene que ver con sus fiestas y celebraciones. En este campo como en muchos otros, nuestro país es extremadamente rico en sus manifestaciones. La convergencia de diversas etnias ha creado un variado caleidoscopio donde es posible apreciar desde los rituales netamente cristianos hasta las formas autóctonas andinas; desde la concepción occidental de la muerte, hasta las fiestas agrarias de los indígenas. La convivencia de los diferentes elementos poblacionales ha logrado un mestizaje profundo y vital que forma el verdadero sustento de nuestra identidad".
El Corpus Christi fijado en el sexagésimo día jueves posterior al domingo de resurrección, fecha en la que la iglesia católica recuerda la institución de la eucaristía y nuestros pueblos celebran la merced de la cosecha; desencadenan en ciudades, pueblos y caseríos, de esta parte del mundo, celebraciones populares de vistosa composición y profundo significado.
José Alfredo Cobo, triunfador en Pujilí
La Feria de Pujilí se cumplió con un valioso resultado artístico en la preciosa plaza de toros de la ciudad. Fueron dos espectáculos taurinos consumados el pasado fin de semana en los que matadores de toros y aficionados prácticos supieron triunfar gracias a un sobresaliente lote de toros con el hierro de La Viña.
El sábado, el aficionado ecuatoriano Álvaro Sevilla y el peruano Luigi Alba salieron a hombros tras indultar dos sobresalientes novillos del ganadero Mario Solano; en tanto que el domingo con los profesionales en la arena el saldo de trofeos fue notable.
Álvaro Samper obtuvo una oreja al cabo de una cuidadosa y compuesta labor; igual premio consiguió Martín Campuzano que trasteo con poder a un exigente oponente. La faena más trascendente de la tarde surgió del capote y la muleta de José Alfredo Cobo, que toreó con gusto a un bravo astado que tomó los engaños con emoción, la estocada final le aseguró las dos orejas.
Fue por delante Mariano Cruz Ordóñez, que apuntó su calidad; el novillero Fernando Matute malogró una buena faena al fallar con la espada, en tanto que el jinete David Albuja llamó la atención desde sus cabalgaduras al prender rejones y banderillas.
Al término del festejo, José Alfredo Cobo fue declarado triunfador absoluto de la feria