El percance se produjo al entrar a matar, y en el momento del embroque el novillo de Los Encinos lo caló. El torero hidrocálido sangraba de manera abundante y fue atendido por los subalternos y otros taurinos que estaban en el festejo, como se puede apreciar en el dramático video publicado por Jesús Nieva en su cuenta de twitter.

En esos primeros auxilios, Andrés Zulaica, con la ayuda de los matadores Héctor de Granada y Jacobo Hernández, trataron de contener la profusa hemorragia que brotaba de la pierna derecha en el instante en que era subido a la ambulancia para recorrer una distancia de unos 30 kilómetros hasta la clínica.

Al momento de redactar esta información (23:00horas), ha terminado la cirugía y se encuentra estable. El apoderado del torero, Claudio Huerta, informó que la intervención corrió a cargo del doctor Francisco Alcocer Fernández y se trató de una cornada grande, de dos trayectorias, que lesiona la vena femoral y secciona la arteria femoral. Queda pendiente la emisión del parte médico oficial.

El matador Jacobo Hernández comparte sus impresiones del percance: "Fueron momentos muy angustiantes pues hubo mucha pérdida de sangre y ésta salía como sise abriera una llave. José María cayó a la arena al ser prendido dejando una buena estocada e inmediatamente la taleguilla estaba ensangrentada. Esto me hace pensar tanto, ¡saber que de verdad en cada plaza los toreros se la juegan!"

Por su parte, Adolfo Martínez Urquidi, que formaba parte de la organización del festejo, comentó lo siguiente:

"En ningún momento José María estuvo desatendido, y si bien es cierto que en el instante de la cornada y la gran preocupación que provocó la cornada, estaba un médico y una ambulancia dispuesta para su traslado. La decisión de enviarlo al hospital del doctor Alcocer fue porque era el lugar más cercano donde iba a ser operado con garantías de gente que ha tratado cornadas desde hace muchos años".

Asimismo, lamentó las críticas vertidas por distintas personas en las redes sociales, pues considera que se emiten sin tener pleno conocimiento de los hechos.