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Espectro taurino: Violencia de los "no violentos"

Sábado, 28 Ene 2017    Ciudad de México    Jorge Raúl Nacif | Opinión   
"...de manifiesto la incongruencia que trae consigo la ignorancia..."

Tan estremecedoras como aberrantes son las imágenes de la violencia que los supuestamente contrarios a la violencia generaron el pasado domingo en Bogotá, poniendo de manifiesto la incongruencia que generalmente trae consigo la ignorancia.

Pues aunque bien es cierto que todos tenemos la libertad de expresarnos, este derecho termina cuando empieza el de los demás. La conducta de estos supuestos "defensores de la vida", que cae en el delito, no deja duda de la escasa categoría que poseen.

En el terreno ideológico (que quizá a varios de estos tipos ni les pase por la cabeza al moverse muchas veces por intereses políticos o estar pagados), continúan sin entender (tal vez no quieran hacerlo) que al intentar defender al toro bravo están atentando directamente contra la especie misma.

Ahora bien, si poner a un animal al mismo peldaño que un ser humano puede ser discutible en el terreno filosófico, moral y social, colocarlo por encima está fuera de toda proporción. El animalismo mal entendido lleva a aquello que llegó a afirmar Fernando Savater: "Al humanizar a un animal... se animaliza al hombre". Basta ver la violencia en Bogotá para darle la razón a este reconocido filósofo y escritor.

¿Quiénes son realmente los violentos? La respuesta es más clara que el agua. Y más allá de esto, el toreo verdaderamente preserva al toro bravo como especie.

Sin embargo, este ambiente contrario es terreno ideal para que los taurinos sigamos adelante en esta férrea lucha por defender nuestros derechos a toda costa. La bandera de la libertad va por delante en esta defensa que debe ser, y de hecho es, inteligente y conceptual.

Ya sea de forma institucional, como los trabajos en que en nuestro país realiza ya Tauromaquia Mexicana, o bien en lo individual, no debemos cansarlos de defender lo que es nuestro. Hacerlo, implica un profundo respeto hacia todo, y por supuesto ante los que piensan diferente. Vamos, que no caemos en lo que los antis caen, que no es otra cosa que la violencia.

Por supuesto que la mejor manera de defender la Fiesta es llenando de bote en bote las plazas de toros. Ello implica un trabajo arduo y profesional de todos los estamentos taurinos, desde los empresarios y pasando por los toreros... hasta los ganaderos y los periodistas. Todos a hacer lo mejor posible aquello que nos corresponde.

De a poco, pero las noticias comienzan a ser positivas, como el hecho mismo de la Constitución de la Ciudad de México al no atentar contra la Fiesta. Es una batalla ganada, pero la guerra sigue y no debemos bajarnos de un barco al que le quedan todavía muchas travesías.



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