En el toreo es muy importante cuidar todo, aun aquello que da la impresión de ser menos considerable. Y así lo afirmo porque hubo un torero atento a todo, ya fuera fundamental o superficial. Me refiero al diestro cordobés Manuel Rodríguez "Manolete".

Manolete recibió la alternativa en Sevilla el 2 de julio de 1939, y la confirmó en Las Ventas de Madrid el 12 de octubre del mismo año. Tan extraordinarios fueron sus triunfos en las primeras corridas, que en el año de 1940 empezó a llenar las plazas.

En 1941, al cumplir dos años como matador, fue padrino de alternativa de Manolo Martín Vázquez, hermano de Pepín, a quien le escuché contar la siguiente anécdota:

Manolo comenzó a contarme que Manolete y él habían alternado muchas tardes en su época de novilleros y, además, recordó que tanto el padre de Manolete, como el suyo, los dos matadores de toros contemporáneos, torearon juntos muchas tardes. "Me dio mucho gusto enterarme que mi tocayo sería mi padrino", me confesó.

El día de la alternativa, el 6 de julio de 1941, el sagaz empresario Pedro Balaña anuncio un cartelazo en su plaza de Barcelona: Manuel Rodríguez "Manolete", Pepe Luis Vázquez y Manolo Martín Vázquez, con toros del Duque de Pinohermoso.

A la hora del sorteo, Manolete llamó por teléfono a la habitación del mismo hotel donde se encontraba Manolo Martín Vázquez para decirle que era la primera vez que iba a conceder una alternativa, y que sería conveniente practicar la cesión de trastos para hacerlo bien llegado el momento.

"Llegó Manolete a mi habitación y practicamos muchas veces el intercambio de la espada y la muleta por el capote, y logramos hacerlo bien, con armonía y limpieza, vamos. Cuatro horas después empezó la corrida y cuando llegó el momento en que me tenía que dar la alternativa, se aproximó y me dijo: Bueno, tocayo, ya eres matador de toros porque en la mañana te di la alternativa veinte veces, y ahora... una vez más. ¡Suerte y al toro!"