La segunda corrida de la Feria de Pachuca tenía mucha miga. Primero, había que constatar que los hermanos Adame consiguieran llenar la plaza, acartelados con Zotoluco, por supuesto, y luego brindar un buen espectáculo. Y si al final el maestro de Azcapotazalco se les fue por delante, fue porque estuvo contundente con la espada, mientras que Joselito dejó escapar el triunfo con el descabello y Luis David no anduvo fino a la hora de matar.

Y en esta despedida de la "Vicente Segura", Zotoluco toreó con mucha naturalidad a un gran toro de Montecristo, de nombre “Cumplido”, al que se le pidió el indulto de manera abrumadora pero que no fue concedido, cuando hubiera sido bueno, por el entusiasmo colectivo que se vivía en la plaza, el perdón para la vida de un ejemplar que embistió con mucha clase.

Las ráfagas de viento que soplaron en diversos pasajes de la corrida impidieron que Lalo pudiera torear a “Cumplido” en los medios, y quizá una faena en ese terreno hubiese hecho lucir más al de Montecristo. Sin embargo, lo que le hizo al cobijo de las tablas tuvo un enorme calado en el público, que se portó de maravilla toda la tarde y alentó a los toreros de manera efusiva.

La faena tuvo cadencia y ritmó, y Zotoluco se recreó en los muletazos, sobre todo en los naturales, los desdenes, los cambios de mano y una gama de adornos de acusado ritmo. Así fue como puso a todo mundo de acuerdo para que se pidiera el perdón del toro que al final no llegó.
Sin pensarlo demasiado, Zotoluco se fue derecho detrás de la espada y colocó una estocada rotunda de la que el toro salió muerto de la mano.

Y ahora sí, el juez, no dudó en premiarlo con la concesión del rabo de "Cumplido", un toro de nota alta en una corrida muy interesante. Lalo dio la vuelta al ruedo acompañado del ganadero Germán Mercado, que estaba un tanto contrariado de no ver a su toro volver al campo como semental, pero feliz de haber lidiado una corrida que lo dejó satisfecho, algo que no es fácil porque es exigente consigo mismo y no se da coba.

A la postre el destino le mandó a Zotoluco ese "Cumplido", luego de haber batallado en contra del viento durante la faena al primer de su lote un toro muy incómodo que hacía hilo en la muleta y se revolvía sobre las manos.

Y así como "Cumplido" embistió con entrega a la muleta de Lalo, también el primero de Joselito Adame, de nombre "Andaluz", acudió templadamente a los engaños del hidrocálido, que estaba feliz de la vida de alternar con su hermano Luis David por primera vez juntos. Esa alegría la manifestó al invitarlo a banderillear, luego de haber rivalizado en quites en medio del entusiasmo del público que estaba muy contento de verlos alternar de una manera fraternal, como no podía ser de otra manera.

Luego vino una faena de buen nivel, con muletazos tersos en los que Joselito cuajó a "Andaluz", sacándole sus mejores virtudes y entendiéndolo a la perfección en ese trasteo de suaves trazos y bonitos remates en cada una de las series. Hubo estructura, pausa y claridad de ideas. Y después de colocar una estocada entera, un tanto contraria, en la que se atracó de toro, el de Montecristo tardó en doblar y fue entonces que José le perdió las dos orejas que tenía ganadas con la espada de cruceta.
Este hecho debió lamentarlo cuando no pudo cosechar un triunfo con el otro toro de su lote, que topaba de manera deslucida cuando embestía, y así se esfumó la posibilidad de acompañar a Zotoluco en la salida a hombros.

A Luis David se le notó un tanto presionado, pero contento de estar en este cartel tan atractivo, y la gente lo recibió con cariño y lo alentó a lo largo del festejo en el que hizo cosas puntuales con su característica garra, como fueron los quites –por caleserinas y saltilleras– y las dos expuestas largas cambiadas en los medios con las que recibió al séptimo, prueba de que no quería dejarse ganar las palmas.

Asimismo, hubo algunos momentos de buen toreo con el cuarto, al que toreó con temple, en redondo, y detalles interesantes sueltos, aunque sin poder redondear del todo. La gente era consciente de que se trata de la segunda corrida de su carrera, pues vino a Pachuca a estrenar su alternativa, y con muy buenos augurios de cara al futuro inmediato.

El rejoneador Jorge Hernández Gárate estuvo a tono con la expectación que había generado la corrida, y enfrentó un primer toro de La Venta de Romero que dio buen juego, pues embistió con son detrás de los caballos del potosino, que anduvo muy seguro y torero montando a "Rafaelito" y a "Valladolid" en una faena que le llegó a la gente. A la hora de matar señaló medio rejón de muerte que alcanzó a tocar la médula espinal del toro, hecho que deslució el final de una entonada labor.

En este toro de rejones hicieron una pega con muchos arrestos los Forcados Mexicanos, yendo a la cara su cabo, Tonatiuh Lailson, que reaparecía tras la grave lesión en su pierna izquierda, y después de un honroso primer intento, en el que dio muchas ventajas al toro, sacó la raza y fue de nuevo a la cara para pegar al toro, dando un magnífico ejemplo a su grupo.

La gente salió contenta de la plaza tras haber presenciado una corrida con distintos matices de emoción, y otras tantas lecturas para los taurinos ahora con el regreso de los Adame a México, aquí donde el mayor viene a mandar y el otro viene a abrirse camino.