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El comentario de Juan Antonio de Labra

Jueves, 29 Sep 2016    Ciudad de México    Juan Antonio de Labra | Opinión   
Sobre la arremetida del Partido Verde en contra de los niños aficionados
La ofensiva del Partido Verde en contra de la Fiesta ha comenzado desde abajo, siguiendo esquemas idénticos a los implementados por los grupos antitaurinos en Cataluña hace ya más de seis años, para que los niños no puedan entrar a las plazas de toros, mediante una estrategia perversa que busca cortar la afición de raíz.

Porque no sólo fue en Cataluña, sino también en Ecuador, en Venezuela y en otros lugares donde esta forma de proceder se ha convertido en la punta de lanza de un ataque sin precedentes.
Y el domingo anterior en la Plaza México, los animalistas y antitaurinos dieron un espectáculo patético al irrumpir en el coso de manera agresiva, fieles a esa forma de proceder que se aleja del principio básico de la tolerancia, con un afán provocador que les convierte en ciudadanos peligrosos capaces de atentar contra gente pacífica.

Afortunadamente, la sangre no llegó al río, pues nunca antes una torva de antitaurinos se había manifestado así dentro de una plaza de toros, y urge que las autoridades tomen cartas en el asunto, ya que no es posible que se les deje campear a sus anchas de la manera en que lo hicieron.

Qué pena que el Partido Verde de México, que no entiende nada de ecología y se mueve por intereses oportunistas, aliente a estos grupos de antitaurinos y animalistas desbocados y groseros. Y en vez de que los legisladores trabajan a favor de los aspectos más urgentes que aquejan la niñez, se dedique a promover conductas antisociales como la que ocurrió el domingo.

Pero ya se dieron cuenta de que los taurinos no estamos indefensos; de que no les tenemos miedo; de que vamos a luchar con inteligencia y argumentos jurídicos para demostrar que prohibir la entrada de los niños a los toros, atenta contra principios constitucionales como el del libre derecho al desarrollo de la personalidad, entre otros.

Se trata de una batalla legal que debe imponer la cordura del respeto a las leyes, porque no se vale que, financiados por las multinacionales europeas, estos grupos de animalistas sean manipulados para que le negocio de las mascotas siga avanzando hacia la preocupante estupidez de equiparar a los animales con los seres humanos.

Llegó la hora de sacar la casta y defender nuestros derechos con todo lo que se tenga a mano, a fin de evitar este atropello a la libertad. Y que sepan estos políticos de pacotilla del Partido Verde, que su osadía no puede llegar a tanto; que ellos están para legislar procurando entablar diálogo y acuerdos, mas no con esta forma de alentar la violencia que puede ser sumamente dañina.

Es urgente hacer un llamado a la cordura, lanzar ese grito de ¡ya basta! con toda la fuerza necesaria, y demostrar que este clima de hostilidad no debe persistir en una sociedad que trata de salir de la inmadurez.

Mientras no se ponga en marcha de manera abierta una plataforma institucional de la defensa de la Fiesta, y de los derechos de los taurinos, estos nefastos grupos antitaurinos y animalistas seguirán arremetiendo sin piedad en contra de la libertad. Y eso, precisamente, es lo que no puede permitir la autoridad que nos gobierna.


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