Corría la segunda quincena del mes de septiembre de 1885. En la ciudad de Toluca todo era expectación pues entre los festejos que fueron celebrándose hubo uno, justo el que se desarrolló el 17 y donde intervino, entre otros, el diestro español Juan León "El Mestizo", quien ya era conocido en plazas como las del estado de México (el Huisachal, Cuautitlán, Texcoco y Tlalnepantla), Puebla, Veracruz y Orizaba.
Y la nota de la prensa divulgaba con entusiasmo el hecho de que El Mestizo ejecutó las siguientes suertes: cambio de rodillas con el capote, cambio a cuerpo descubierto, banderillas al quiebro y banderillas de frente hasta llegarle a la cabeza del toro.
No conforme con aquellas demostraciones, el propio torero quedó anunciado para la tarde del 20 de septiembre siguiente (es decir hace 131 años cabales cumplidos ayer), en donde el cartel, ese valioso documento que mostraba, con lujo de detalles las que serían una serie de suertes y representaciones, junto con la ilustración que lo enriquecía más, indica lo siguiente: ¡Sorprendentes novedades! ¡Maravillosas y Lucidas Suertes en las Banderillas! Ejecutadas por el inimitable Juan León "El Mestizo".
Y poco más adelante el propio documento nos dice en qué consistían dichas suertes… Orden de la función:
1° Entre doce y una del día el paseo recorrerá las principales calles de la ciudad.
2° A la una de la tarde se abrirán los expendios y puertas de la plaza.
3° Desde las tres, la música tocará escogidas y varias piezas.
4° A las tres y media previa orden de la autoridad, se presentará la cuadrilla a pedir el permiso de costumbre.
5° Se lidiarán a muerte cuatro escogidos bichos de la mencionada hacienda de Atenco. El Mestizo pondrá un lucido par de banderillas, con los Pies dentro de un aro de media vara de diámetro.
6° Después del arrastre del último toro de lid, saldrá un toro a propósito para que se diviertan los aficionados a mediar el suelo con las costillas (Es decir, se trataba del “Toro Embolado”).
Pues bien, Juan León incluía otra de esas suertes prácticamente desconocidas entre los espectadores a la tauromaquia, acostumbrados a otras tantas igual de fascinantes, justo en una época en que se prodigaban los nuestros a pie o a caballo.
Así que con dichas curiosidades o extravagancias, algunos toreros hispanos y durante aquellos años clave, previos a la consumación de la “reconquista vestida de luces” lucieron sus habilidades; sorprendieron con suertes que fueron bien vistas y aceptadas por los públicos en aquellas provincias donde se realizaban festejos taurinos. Vale la pena recordar que para 1885, las corridas de toros seguían prohibidas en la ciudad de México.
Criticado en su propio país por no tener una idea precisa sobre la tauromaquia, Juan León emigró a América, y fue en nuestro país donde encontró espacio para demostrar lo poco o mucho que sabía sobre el oficio. Al parecer no le fue tan mal, aunque ese paso fue efímero. Tiempo más tarde, y durante el mismo año, fue a Venezuela, donde falleció.