Hacer mención de la ganadería Las Huertas es remontarse a una de las vacadas de tradición en México. Si bien la fundó en 1953 don Luis Javier Barroso Chávez con ganado de Pastejé, hay que ubicar la procedencia del ganado fundacional, mucho más atrás, hasta 1929, justo al momento cuando don Antonio Algara crea una casa ganadera con el nombre de Jalpa, en la ex hacienda de Jalpa, municipio de Manuel Doblado, Guanajuato, con 60 vacas y 2 sementales de San Diego de los Padres.
Su propietario actual, Rodrigo Barroso Cañedo, integrante de la cuarta generación de ganaderos de toros de lidia en su familia, está trabajando desde 2010 para lograr volver a dar brillo al nombre y al hierro de Las Huertas; integrante de la Asociación Nacional de Criadores de Toros de Lidia, que, por medio de estos reportajes, desea dar a conocer a la afición la valiosa labor de ganaderos jóvenes como él, en especial, ahora que habrá de tener su debut oficial, el próximo 28 de octubre en Aguascalientes.
"Desde mi bisabuelo, ha habido criadores de toros de lidia en mi familia y no quiero que se pierda esa parte de nuestra historia”, indica Rodrigo Barroso Cañedo. Por lo anterior más adelante habrá que tocar los antecedentes que han dado pie a su dehesa actual, cuya divisa porta los colores: oro, negro y amarillo.
El recuerdo de la última vuelta al ruedo que su padre, Luis Barroso Rivera, dio como ganadero con el matador Jorge Gutiérrez en la plaza de toros de Provincia Juriquilla, Querétaro, al lado del propio Rodrigo, y sus hermanos Luis Javier y Gerardo; dejó en él un recuerdo que califica como “una tarde triste”, porque mi papá se despedía como ganadero. Había tomado esa decisión tiempo atrás, pero decide hacerla oficial en la plaza de “El Pollo” Torres Landa. Esa tarde marcó mi vida porque la ganadería estaba en su mejor momento, había conseguido grandes triunfos en muchas plazas y con diversos toreros, como el propio Jorge Gutiérrez. Yo tenía 17 años, estaba muy joven, pero recuerdo perfectamente, todo lo que pasó en ese día”.
Este hecho aconteció el 1 de mayo del 2000. Desafortunadamente, don Luis Javier Barroso Rivera fallece el 17 de julio de 2007. Hereda el hierro y la divisa a sus sucesores. Sería hasta mediados del 2010 cuando uno de sus hijos; el segundo de ellos, Rodrigo Barroso Cañedo, retoma el rumbo de la ganadería Las Huertas.
Su primera acción fue recomprar ganado con el hierro de la casa al tiempo que agrega ejemplares de Montecristo y Jaral de Peñas. Lleva estos hatos a un rancho contiguo al de su tío don Fernando Pérez Salazar, propietario de Arroyo Zarco, y puso a padrear un semental de esa casa llamado “Lechón”.
Merece la pena preguntarle: ¿Cuál fue el detonante para que decidiera continuar la ruta de sus antepasados en la crianza del toro de lidia?
Esta es su respuesta: "Un par de años después de la muerte de mi padre. Empecé a tener la inquietud de hacerme ganadero, en ese mismo tiempo se vendió el rancho El Rocío, donde mi abuelo y después mi padre habían tenido la ganadería y, donde ahora se ubica la ganadería de Caparica. Entonces empezaron a salir a la luz, fotografías y recuerdos, carteles y más recuerdos, películas y muchos más recuerdos. Esos recuerdos me movieron los sentimientos. Me invadió la nostalgia y el sentido de rescatar lo que mi familia representa dentro de la fiesta brava. Ahí sentí la ilusión y las ganas de retomar algo que había sido parte de mi juventud y decidí hacerlo por mi cuenta".
Agrega: "Para iniciar tuve el apoyo y la guía de mis tíos, los ganaderos de Arroyo Zarco (Fernando Pérez Salazar Barroso), Montecristo (Germán Mercado Lamm) y de Jaral de Peñas (Juan Pedro Barroso Díaz Torre). Ellos siempre me motivaron a seguir escribiendo esta historia que empezaron hace muchos años mis antepasados. He tenido la oportunidad de acompañarles en distintas labores de campo, pero sobre todo en tientas. Siempre hago lo posible por acompañarles también cuando lidian corridas de toros. También he recibido el apoyo de los dos Gonzalo Martínez, grandes amigos de la familia, a los que les recompré ganado. Todos ellos tienen una pasión y afición muy especial por la crianza del toro de lidia y han sido una parte fundamental en mi decisión de retomar las riendas de la ganadería".
Uno de los temas más difíciles de resolver para él, fue encontrar una finca acorde a las necesidades para la crianza del toro de lidia: "Busqué y busqué un rancho pero a muchos les faltaban sus papeles en regla, luego, en los que había una cosa, les faltaba otra, en fin, hasta que di en 2013 con el rancho Las Nubes en Hidalgo, y ahí establecí de nueva cuenta la ganadería Las Huertas”.
Su propuesta como ganadero es en esencia: “lograr un toro con trapío y transmisión. Quiero un toro que le llegue al tendido con emotividad”. Se sincera y afirma: “Por esta razón tomé la decisión de agregar a la ganadería sangre de encaste Domecq vía Jaral de Peñas".
Un tema que le sensibiliza especialmente es "la preocupación porque cada vez hay menos ganaderos jóvenes. Aunque dentro de la familia y amigos nos acompañamos y nos gusta ir a las corridas, son muy pocos los que quieren emprender la crianza de toros por ellos mismos”
“Creo que en todos los sectores de la fiesta tiene que haber afición nueva. Por eso también tiene que haber ilusión entre jóvenes empresarios para fomentar la fiesta con variedad de encastes y de carteles así como la seriedad en el trapío de los toros, para que de ese modo la afición se interese más por ir a las plazas”.
Rodrigo va poco a poco, porque quiere ir dando pasos seguros,: "he lidiado apenas algunos ejemplares en Caxuxi, Hidalgo; y en Cruz de Mangas, Hidalgo; y un novillo en el certamen de Descubriendo un Torero en la plaza Arroyo”.
“Mis camadas están tomando formal pero acabo de vender un encierro que marcará mi debut oficial como ganadero. Se va a lidiar en Aguascalientes el próximo 28 de octubre en el marco de la feria de Las Calaveras”.
Hasta aquí la entrevista con el actual propietario de Las Huertas. A continuación, les presentamos, una cronología, realizada por el propio ganadero, acerca de l historia de esta casa ganadera:
Los orígenes
De acuerdo a los datos proporcionados por Rodrigo Barroso, tras fundar la ganadería llamada Jalpa en 1929 en Manuel Doblado, Guanajuato, con 60 vacas y 2 sementales de San Diego de los Padres, que fundamentalmente estaba constituida con ganados vazqueños de San Nicolás Peralta, en 1936 el propio don Antonio Algara se asocia con Lorenzo “El Chato” Elizaga, que era el propietario de la ex hacienda de Pastejé, por la cual toma su nombre la ganadería y la trasladan al estado de México en el municipio de Jocotitlán.
Dicha sociedad dura alrededor de un año. Entonces El Chato le vende su parte a don Eduardo N. Iturbide, junto con la hacienda en 1938. Ese mismo año, Don Daniel Muñoz de la ganadería de Zacatepec y don Eduardo N. Iturbide, importan nueve erales con el hierro de Murube, cinco de los cuales quedarían en Pastejé, el número 28, "Observador”; el número 42, "Perfumado"; el número 54, “Barquillero”; el número 74, “Holgazán”, y el número 65, “Tanganito”.
Presentación
Para 1939 quedaría don Eduardo N. Iturbide como único dueño de la ganadería y continúa la historia de la ganadería que habría de presentarse el 19 de octubre de 1942 en El Toreo con seis novillos para un mano a mano entre Luis Procuna y Antonio Velázquez.
Un año más tarde el 31 de enero de 1943, lidia su primera corrida de toros en la misma plaza El Toreo, con un cartel formado por Fermín Espinosa Armillita, Silverio Pérez y la alternativa de Antonio Velázquez, la tarde de los inolvidables “Tanguito”, “Clarinero” y “Andaluz”.
Estos datos aportan que, en 1945, don Eduardo N. Iturbide agregó tres sementales más de Murube dentro de los cuales estaba el número 74, “Tizonero”, otro de Concha y Sierra. Por último, un toro del Conde de la Corte, número 78, “Valeroso”.
Otros datos muy importantes son la tarde del 11 de diciembre de 1946, cuando en la Plaza México, Lorenzo Garza le corto el rabo, a “Amapolo” y a “Buen Mozo”. A su vez, Manuel Rodríguez "Manolete" le cortó el rabo a “Manzanito”, después de que, a su primero, de nombre “Murciano”, le había cortado una oreja.
En 1949, don Eduardo N. Iturbide enajena la ganadería y la hacienda de Pastejé a don Guillermo Barroso Corici, quien la cedió a su hijo Luis Javier Barroso Chávez.
En 1953 don Guillermo Barroso Corici, vende, con la anuencia de su hijo Luis Javier, la hacienda, el hierro y la ganadería de Pastejé al matador de toros y rejoneador Carlos Arruza.
Nace Las Huertas
Es aquí cuando volvemos al punto de partida de este texto, es decir al año 1953, cuando don Luis Javier se lleva el ganado que se reservó de la mencionada venta a Carlos Arruza; es decir, 100 vacas y tres sementales, al estado de Tlaxcala, concretamente al rancho Santa Rosa. Ahí, funda la ganadería Las Huertas.
Debut de Las Huertas
Debuta en la Plaza de Toros de Monterrey el 5 de agosto de 1956, con seis toros para Alfonso Ramírez “El Calesero”, Luis Procuna y Jesús Córdoba, que cortó cuatro orejas y un rabo; poco después ese mismo año lidió un extraordinario encierro en el Toreo de Cuatro Caminos. En 1960 se agregan 44 vacas y 2 sementales de la ganadería de José Julián Llaguno, entrañable amigo de El Chacho.
Un año más tarde El Chacho agrega un toro de la ganadería de La Laguna de nombre “Chocolatero”, así como un lote de 14 vacas berrendas aparejadas y un semental número 14 de la ganadería de Pastejé, siendo este el pelo predilecto del ganadero. Esta compra se realizó a don Alejo Peralta por medio de Enrique Vargas.
Llegada a La Plaza México
El 10 de febrero de 1963 se presentó en la monumental Plaza de Toros México, con seis toros para Jesús Córdoba, Diego Puerta y Jaime Rangel. En 1965 mando una corrida para la oreja de oro en donde Santiago Martín “El Viti” realizó una gran faena al toro “Limoncito”.
Aún faltaba mucho tiempo para el nacimiento de Rodrigo; no obstante, él se conoce la historia al dedillo, toda vez que ha sido un estudioso de la misma: “ese mismo año 1963, don Luis Argüelles le vende a Luis Javier Barroso Chávez la ganadería de Villacarmela que básicamente estaba formada en un inicio por ganado de la ganadería de Santo Domingo, y un semental de San Diego de los Padres; posteriormente agrega sangre Torrecilla y San Mateo, vía Mimiahuapam, derivado de las compras que años antes había hecho a don Luis Barroso Barona.
Y sigue platicando: "Un año más tarde, se suman a la ganadería de Las Huertas dos sementales de Mimiahuapam: los herrados con número 32 y 40 los cuales le compra Luis Javier Barroso Chávez a su primo Luis Barroso Barona”.
Indulto de "Guadalupano"
Continuando con la historia, el 17 de mayo de 1967 sonaron las campanas a gloria taurina, en el coso máximo del país; esa tarde en la Plaza México, fue indultado “Guadalupano”, toro número 3 de la ganadería de Las Huertas, lidiado por Raúl García, que compartió el homenaje con Luis Javier Barroso Chávez "Chacho" y su hijo de igual nombre, al recorrer el ruedo, en ese inolvidable día.
Pero no todo era mil sobre hojuelas para este ganadero, ya que en 1973, debido a problemas agrarios, se ve obligado a dejar esas tierras tlaxcaltecas. Se lleva entonces la ganadería al rancho El Rocío. Para 1977 se adquieren dos sementales a don Alberto Bailleres, el actual ganadero de Mimiahuápam. Se trata del número 157 M 1974 "Cubetero", y el número 128 M 1974.
Compra vientres Saltillo
En 1979 por inquietud y a petición de Luis Javier Barroso Rivera “Chacho hijo” se agregan de Javier Garfias, tres sementales: el número 12 Y 1978 “Vengativo”, el número 96 Y 1978 “Pardito”, y el 87 X 1980 “Contador”, así como 13 vacas puras y 60 impuras.
A partir de este año padrean únicamente toros de encaste puro saltillo tanto con las vacas de procedencia Saltillo vía Javier Garfias, y Villacarmela, así como con las de procedencia Murube vía Pastejé y El Rocío.
En 1984 vuelve la divisa, el hierro y la antigüedad de la ganadería de Pastejé a manos de Luis Javier Barroso Chavez, quien a su vez lo cede a su hijo Luis Javier Barroso Rivera.
Dos líneas de encastes
Quien a partir de este año hace la separación de dos líneas de encaste distintas, herrando todos los animales de Las Huertas que tenían procedencia Murube con el hierro de Pastejé, mientras que con el de Las Huertas únicamente se quedan los astados provenientes del encaste Saltillo.
En 1986 se agrega un semental numero 9 H 1983 "Venadito" de la ganadería de San Martín, propiedad de Jose Chafik y Marcelino Miaja.
Destaca en Guadalajara
Uno de los triunfos importantes de la ganadería de Las Huertas se dio en la Plaza de Guadalajara, en octubre de 1987. Alternan Manolo Martínez, Pedro Gutiérrez “El Niño de la Capea” y Manolo Arruza, con un estupendo encierro, destacando de manera sobresaliente, el cuarto astado de la tarde de nombre “Ribotin”, al cual el diestro Manolo Martínez le corta dos orejas. Daría una emotiva vuelta al ruedo al lado del ganadero Luis Javier Barroso Chávez “Chacho”. Arruza y El Capea cortan una oreja respectivamente. Cabe señalar que “Ribotin” ganó el Trofeo Domecq al mejor toro de la temporada taurina de Guadalajara 87-88.
En 1992 se agregan 3 vacas puras y 3 sementales más de la ganadería de San Martín el numero 86 U 1988 “Cominito”, el numero 149 V 1989 y el numero 31 N 1991 “Cominito”.
Mejor encierro del año
El 9 de enero 1994 se lidiaron siete toros en la Plaza México. Fueron bravos y con mucha calidad, destacando primero, tercero y séptimo (ya que hubo un regalo). Eso permite que se gane el trofeo Humberto Peraza al mejor encierro de la temporada 1993-1994. Don Luis Javier Barroso Chávez “Chacho” dio su última vuelta al ruedo después de que Manolo Mejía le cortara la oreja a “Capitán”.
Vuelta histórica
En la Monumental Plaza de Toros México, el domingo 8 de octubre de 1995, el ganadero Luis Javier Barroso Rivera “Chacho hijo” dio una vuelta al ruedo a medio festejo por el juego de un estupendo novillo. Al final del festejo, los aficionados lo sacaron en hombros.
Ese año se agregan dos sementales de San Martín el numero 112 U 1988 “Guantero”, y el numero 109 U 1992 “Culebrillo”.
Pastejé a manos de Peralta
En 1997, Luis Javier Barroso Rivera vende al don Carlos Peralta Quintero, el hierro la divisa y la antigüedad de Pastejé, quien era ya propietario de la hacienda original ubicada en el estado de Mexico al haberla heredado de su padre, don Alejo Peralta.
Despedida a lo grande
El 1 de mayo del 2000, en la Provincia de Juriquilla, se despidió como ganadero don Luis Javier Barroso Rivera “Chacho hijo“. Dio su última vuelta al ruedo acompañado por sus tres hijos: Luis Javier, Rodrigo, Gerardo, y por el matador Jorge Gutiérrez.
Muere don Luis Javier
El 17 de julio del 2007 fallece Luis Javier Barroso Rivera, dejando el hierro y la divisa de la ganadería en manos de sus sucesores.
Rodrigo Barroso toma el relevo
A mediados de 2010, Rodrigo Barroso Cañedo retoma el rumbo de la ganadería de Las Huertas, recomprando ganado con el hierro de la casa, y a su vez agregando ganado de las ganaderías de Montecristo y Jaral de Peñas. A finales de 2011 agrego más vacas de la ganadería de Montecristo así como un semental de la misma ganadería de nombre “Preocupón”.
En 2013 agrega un lote más de vacas de la ganadería de Montecristo y un semental de San Mateo de nombre “Panita”. En 2015 se suma un lote más de vacas de la ganadería de Jaral de Peñas y un semental nombre “Agradecido” de la misma ganadería encaste Domecq.
Este 2016 se recupera otro lote de vacas con el hierro de la casa, atreves de la amistad con Gonzalo Martinez Suero, además adquiere otro semental de nombre “Gusarapo” de la ganadería de Jaral de Peñas puro encaste Domecq.