Anecdotario de Giraldés: Un himno al arte
Viernes, 05 Ago 2016
Tijuana, B.C.
Giraldés | Opinión
Cuando a Calesero le tocaron el Himno Nacional en Orizaba
El 19 de enero de 1946, el inolvidable Manuel Rodríguez "Manolete" toreó en Orizaba su cuarta corrida en ruedos mexicanos. En aquella tarde alternó con Fermín Rivera y Alfonso Ramírez "Calesero". Se lidiaron seis toros de La Punta, una de sus ganaderías preferidas.
En ese mes de enero del 46, ni el maestro potosino, ni el artista de Aguascalientes, ocupaban el lugar al que años más tarde llegarían por méritos propios, sobre todo en la parte final de la carrera de ambos, ya cuando estaban maduros y cuajados. En cambio, Manolete gozaba de una fama impresionante; estaba en la cumbre del toreo y tenía un cartel inmejorable. Se decía entonces que México comenzaba a "amanoletarse".
La tarde a la que me estoy refiriendo, Manolete se encontró con un toro bravo y noble de La Punta y realizó una faena de las suyas. Esas faenas de Manolete duraban cinco, cuando mucho siete minutos, pero tenían una gran intensidad que sacudía a las multitudes. ¡Aquéllos pocos pero eternos minutos de Manolete!
Algunas personas, siempre las ha habido, y seguirán existiendo, consideran que en una corrida de toros -y hasta en un partido de futbol-, está en juego el prestigio de la nación. A ese grupo, no de patriotas, sino de patrioteros, pertenecía el director de la banda de la plaza de Orizaba.
Con el toro que cerró plaza, Calesero estaba haciendo una faena extraordinaria, impregnada de ese arte y el aroma que tenía el torero del barrio de Triana, y cuando Alfonso se acomodaba con la embestida de un toro, surgía la magia del toreo.
A media faena, el director de la banda, loco de remate -y quizá también de la emoción-, ordenó a sus músicos arrancarse a tocar... ¡el Himno Nacional! Y al final hubo un triunfo grande de Calesero, de Manolete, y también de la divisa de La Punta. El único que no salió a hombros fue el director de la banda, que al contrario que los toreros, salió arrestado directo a la comisaría de policía.
Calesero, que estaba feliz por su éxito, fue a pagar la multa de aquel hombre. Y cuando el director de la banda se vio en la calle, exclamó: "Si este muchacho vuelve a torear tan bien y le gana al español, me cae que ¡vuelvo a tocarle el Himno Nacional aunque me encierren otra vez!
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