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Enrique Ponce es el triunfador de Riobamba

Lunes, 25 Abr 2016    Riobamba, Ecuador    Santiago Aguilar | Foto: Andrea Acosta   
El sábado obtuvo un triunfo relevante
Las corridas de toros se caracterizaron por los donativos y la solidaridad con las víctimas del terremoto. El pasado sábado, un desigual lote de toros de cinco distintas ganaderías condicionaron el resultado de la primera corrida de toros de la Feria del Señor del Buen Suceso.

El cartel incluyó los nombres de Enrique Ponce, Cruz Ordoñez, López Simón y el rejoneador Sebastian Peñaherrera, que enfrentaron a reses de Santa Coloma, Campo Bravo, El Pinar, Huagrahuasi y Triana; desfile ganadero de dispar aspecto y opaco comportamiento.

Lo más sobresaliente de la corrida, una vez más corrió a cargo del valenciano Ponce que supo estructurar dos trasteos pulcros y pletóricos de técnica, mejor  en el quinto con la divisa de Triana al que toreó con ritmo de capote en cuatro estupendas verónicas sucedidas por el quite por delantales. 

Con la muleta le plantó cara a la res en la corta distancia para, uno a uno, sacar buenas series de muletazos. Tras dos breves series al natural la labor tomo rumbo derechista alcanzando más gusto y torería. Una gran estocada de efecto inmediato aseguro las dos orejas y la consecuente puerta grande.

López Simón rozó el triunfo ante un buen toro de Huagrahuasi al que muleteó de manera incansable por los dos pitones en especial al pásaselo por bajo con la derecha, la lentitud de cada pase y el trazo de las series calaron en el graderío, los circulares y adornos postreros, avisaban un triunfo malogrado a la hora de usar los aceros. 
En su segundo, un toro de escasas prestaciones, le pisó los terrenos de máximas cercanías para esbozar un valiente arrimón bien resuelto con la espada que valió una oreja a ley.

El local Cruz Ordoñez pechó con un lote complicado con el que apenas pudo esbozar trazos de su tauromaquia preciosista.

Fue por delante el caballista Peñaherrera que poco o nada pudo hacer ante un astado de Santa Coloma de huidizo comportamiento al que apenas logró colocar un rejón de castigo, con el animal refugiado en tablas la presidencia dispuso su vuelta a los corrales.

Miguel Abellán destacó en la segunda tarde

El matador de toros español Miguel Abellán fue el triunfador de la última corrida de la feria del Señor del Buen Suceso celebrada este domingo en la ciudad de Riobamba, el madrileño descifró las características de un par de toros que reclamaron  solvencia técnica para superar las dificultades que platearon en la arena.

En su primero el saludo capotero tuvo la vibración de la larga cambiada de rodillas y de las verónicas de planta quieta; la intensidad continuó con la muleta, el pase cambiado anticipó la actitud del torero que se pasó una y otra vez a las res por el pitón derecho  cuidando su medida pujanza. Una estocada entera le permitió alcanzar una oreja.

El mismo premio recibió del quinto  en el que volvió a exhibir la credencial de torero maduro y serio, al dominar a un tardo enemigo con el que se dobló con categoría antes de torear con temple con la mano derecha llevando al toro tapado y sometido. Tres cuartos de estoque en lo alto determinaron la final salida a hombros.

Francisco Rivera Ordóñez pechó con  un lote deslucido que no permitió que su quehacer adquiera otra dimensión que  la voluntad con la que trasteó a su deslucido primero de sosas embestidas; su labor subió de tono al final en dos buenas series por la derecha. Una estocada corta y el certero uso del verduguillo alcanzaron para recoger una ovación. 

Con el cuarto, violento y peligroso la lidia se circunscribió al macheteo de rigor y el hábil uso de la espada para saludar desde el tercio.

El ecuatoriano Diego Gaibor "Carmelo" sorteó el que con diferencia fue el mejor toro del encierro corrido en sexto lugar, un serio ejemplar de Campo Bravo que acudió a las telas con prontitud y las tomó con nobleza, tuvieron compostura las lances iniciales; sin embargo, su faena bajó de tono con la muleta, su falta de rodaje le impidieron conjuntar una mejor actuación, mató con rapidez para escuchar palmas. En el tercero las descompuestas acometidas del animal obraron en contra del lidiador  que se marchó inédito.

Cerró la corrida el rejoneador Sebastián Peñaherrera que volvió a triunfar ante un estupendo novillo de Ortuño, especial importancia tuvo el inicio de su faena tanto al clavar los rejones de castigo como en el segundo tercio. Las banderillas clavadas al quiebro conduciendo a "Garibaldi" despertaron emoción en la grada como en la preparación de las suertes galopando a dos pistas. La perfecta colocación de la rosa y del rejón de muerte bien valieron la oreja obtenida.


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