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La reconciliación con el arte de Morante (video)

Domingo, 24 Abr 2016    México, D.F.    Juan Antonio de Labra | Foto: Landín-Miranda           
Morante expresó su "yo" artístico y conmovió a la gente
Ya desde la faena que hizo el 17 de enero en La México, Morante mostró una actitud diferente. Se nota que atraviesa por un buen momento personal y eso siempre se refleja cuando torea. Y más aún tratándose de un ser transparente como José Antonio; un torero que expresa siempre lo que siente y que torea, al igual que los grandes artistas, precisamente para sentirse vivo.

El aroma que dejó hoy sobre la arena de la Monumental de Aguascalientes, fue el fiel reflejo de esa forma de sentir tan suya, dotada de una personalidad que, andando el tiempo, se ha ido enriqueciendo con matices que han dado como resultado un artista con de inconfundible sello. Y así como los buenos escritores han encontrado su propia voz, luego de rebuscar en su interior sin descanso, Morante ya se ha topado con su yo expresivo como si lo mirase en un espejo.

Quizá lo más interesante es que sigue brotando la inspiración –y ahora más que nunca– de una manera tan natural, que lo realizado esta tarde en Aguascalientes se suma a la estela de torería que dejó a su paso por la Maestranza de Sevilla, donde hace apenas unos días volvió a dejar en claro que el toreo tiene que ser, como dijo Juan Belmonte, un ejercicio del espíritu.

Si ya en los dos toros de su lote había hecho cosas distintas, que surgieron sin el menor esfuerzo y la mayor espontaneidad, como en esa faena surrealista a un toro que no embestía, lo que hizo en el de regalo fue de una enorme profundidad.

La gente percibió que podía pasar algo grande y celebró el anuncio del ejemplar de obsequio, y a partir de entonces la intensidad de la emoción fue creciendo a la par que Morante hacía el toreo. Lentitud y reposo fueron el camino por el que transitó el toreo del sevillano, con un toro que de pronto punteaba o se frenaba, que no era cómodo para estar delante, y que hasta le levantó los pies del suelo. Pero Morante estaba en vena y lo cuajó.

La gente pegaba botes como en esa vieja película de Manolete cuando debutó en El Toreo de la Condesa. Y esa emoción tan intensa es la verdadera llama del arte del toreo.

Zotoluco estuvo en maestro y enseñó la mejor faceta de su tauromaquia con el primer toro de la tarde, que tuvo una gran clase, sobre todo por el lado izquierdo, por  el que le dio un par de series de naturales de impecable trazo, con un temple de terciopelo, que representaron la parte medular de una despedida respetuosa por parte de un público que reconoce su esforzada trayectoria.

El planteamiento de la faena fue sumamente interesante, ya que primero afianzó al toro a la arena, pues era un tanto flojo, y una vez que consiguió este difícil objetivo, se afanó en torearlo con mucha tersura en una faena que ahí quedará como modelo de temple y pulso.

Con el cuarto, que tuvo transmisión, echó el resto de manera decidida, en series de muletazos recios, mandones, que entusiasmaron a la concurrencia. Este fue el magnífico complemento a lo que había hecho antes, en una plaza donde lo avala más de medio centenar de corridas toreadas y muchos triunfos de relevancia en su espuerta.

A diferencia del año anterior, Diego Silveti no contó estaba con la suerte habitual de llevarse un buen toro. Sin embargo, desde que se plantó gallardamente de rodillas a porta gayola, trató de estar a la altura de compromiso. Pero hoy no pudo ser, y se marchó con ese mal sabor de boca de haber hecho un encomiable esfuerzo sin recompensa.

La gente salió de la plaza reconciliada con el arte del toreo, luego de ver la maravillosa expresión de Morante, que ha regresado a México para beneplácito de esa legión de seguidores que esta noche podrán dormir con una sonrisa en los labios.

Ficha
Aguascalientes, Ags.- Plaza "San Marcos". Cuarta corrida de feria. Casi tres cuartos de entrada (unos 11 mil aficionados) en tarde calurosa. Siete toros de Teófilo Gómez (el 7o., como regalo), chicos y descastados en su conjunto, de entre los que destacó el 1o. Pesos: 502, 492, 504, 481, 505, 535 y 511 kilos. Eulalio López "Zotoluco" (negro y oro)Ovación y oreja. Morante de la Puebla (negro y oro): Silencio, palmas y oreja en el de regalo. Diego Silveti (palo de rosa): Silencio en su lote. Incidencias: Destacaron en banderillas Cristian Sánchez y Gustavo Campos, que saludaron.

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