Ante una gran entrada y buen clima, se dio el festival a beneficio de las fundaciones “Por Ayudar” y “Fundación Televisa”. Hay que destacar que desde hace varias décadas, la plaza monumental en festejo taurino, no presentaba un lleno como el de ayer.
En lo taurino cabe decir que fue en espectáculo variado, hubo de todo, desde muletazos de gran clase, hasta orejas cortadas sin ligar una tanda.
El gran triunfador artísticamente fue el rejoneador Gastón Santos. Una vez más, el caballista potosino dio una cátedra del arte del rejoneo, y le cortó una oreja al toro “Fundación Televisa”, al que lidió muy acertadamente.
Gastón rápido entendió al toro, que fue emotivo y acudía con prontitud a la cabalgadura, para que el torero montando a “Urbano” caballo estrella, clavara banderillas en lo alto; luego el público se emocionó cuando montando a “Rayito” clavó sendos pares de banderillas a una y a dos manos para después salir haciendo piruetas y un giro en la cara del toro.
Se tiró a matar arriba del caballo, que al momento de hacer la reunión se resbaló y el rejón de muerte quedó un poco abajo. Echó pie en tierra y mató de una estocada en buen sitio. Se le concedió una oreja.
De los teros de a pie, quien pegó los mejores muletazos fue Alejandro Amaya al sexto de la tarde “Por Ayudar” al que lanceó lento desde salida, cargando mucho la suerte y acompañando con la cintura. Lo mejor lo realizó al momento de tomar la muleta y correr la mano por el pitón derecho, por donde logró pegar muletazos largos, templados y sentidos, mismos que hicieron desprender algunos largos olés en la plaza.
Desafortunadamente el toro tenía poca fuerza y la faena vino abajo. Mató de tres pinchazos y una media en buen sitio. Lo malo fue que la autoridad después de tres pinchazos concediera la oreja, lo que provocó una fuerte protesta en contra del torero. El chalado que presidió el festejo no sabe el daño que le hace a un torero cuando se concede una oreja que perdió por pinchar. Bueno, ahí están las protestas del público, mismas que hubiesen sido ovaciones si el torero da tan solo la vuelta al ruedo sin la oreja.
Otro que artísticamente anduvo bien fue Federico Pizarro, con el tercero de la tarde, “Gracias”, al que le cortó dos orejas. Bueno, el corte de orejas esta tarde queda para el olvido. Pizarro estuvo muy torero a la hora de torear con la muleta y logró grandes muletazos, la falta de fuerza del toro, hizo que la faena luciera poco, ya que no le podía bajar la mano. Ejecutó la suerte de matar como pocos y se alzó con el señalado premio.
Nacho Garibay no tuvo suerte en el sorteo. Le tocó un toro con el que poco había que hacer, aún así Garibay se puso voluntarioso y trató de agradar al público, logrando por momentos buenos muletazos, pero el peligro sordo del toro y lo complicado del viento, hicieron una faena poco lucida, pero bastante digna.
Eloy Cavazos volvía a nuestra ciudad después de un par de años de haberse retirado. Cavazos cuando estuvo en activo, jamás cambio su sello personal, y ahora en el retiro sigue igual. Sólo que la tarde de ayer castigó de más a su novillo, que de salida tenia buen recorrido y mucha emotividad, pero que a la hora de que salió del caballo, salió doblando las manos del fuerte y duradero castigo que el picador de Eloy le dio.
Con la muleta, poco hizo, bueno, ha sido la faena más corta que he visto; pegó algunos muletazos y luego su creación, la regiomontana, y a matar. Mató como de costumbre, con una entera en lo alto, para que en el palco de la autoridad le concedieran dos orejas.
¿Qué se puede decir de un Cristian Aparicio? Sólo que hay que tener no poca, sino nada de vergüenza para mendingar una oreja, que no merecía ni toreando en el último pueblo de América. Y más aun, salir a hombros de la plaza, caray, este torero por la falta de respeto a la fiesta y a la profesión, no merece volver a nuestra ciudad ni de vacaciones. Lo peor es que él cree que estuvo bien.
Vergüenza nacional. Si amigo lector, vergüenza nacional es la que nos debería de dar a los taurinos de Tijuana la actuación del Juez de Plaza. Digo que nacional porque el festival se televisó a toda la república, y la actuación de esta persona, no fue digna de una plaza de primera categoría, como la monumental de playas. El Juez, que no es taurino, que no es nadie en la fiesta y que no tiene idea de esto, pegó un petardo y algunos pensamos que “Papa Noé” se adelantó cuando hizo un regaladero de orejas, orejas que el público ni soñando pidió, como la de Cristian Aparicio.
Si a las autoridades de Tijuana, no les nteresa la fiesta brava, pues díganlo, para que se haga cargo alguien que si sienta algo y le tenga algo de amor y respeto a esta consecuencia histórica. Desde luego, este señor por vergüenza propia debió pedir su renuncia el día de ayer y no volver a la plaza.