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Especial: En defensa del legítimo derecho

Lunes, 04 Ene 2016    San Luis Potosí, S.L.P.    Gustavo Robledo | Especial   
El 3 de enero de 1966, en la Plaza México

Se cumplieron 50 años de un hecho poco recordado por los viejos aficionados y menos conocido por las nuevas generaciones, hechos que marcaron el honor y prestigio, en defensa de sus derechos laborales, de todos los miembros de la Unión Mexicana de Picadores y Banderilleros, y reivindicaron y legitimaron a todos sus miembros entonces, dejando un antecedente de grandeza a sus miembros actuales.

Con motivo de una entrevista realizada al banderillero potosino don Antonio Martínez "La Crónica" y su fiel testimonio, no fue para menos, se recuerda así… 

Por deudas anteriores de la empresa de la Plaza México comandada por el recordado Ángel Vázquez con la Unión Mexicana de Picadores y Banderilleros desde la temporada de 1963-1964 y ante la negativa de pagar -y menos firmar un contrato colectivo- sus miembros decidieron no actuar en esa Temporada. 

Sin contar con ellos, Ángel Vázquez y Manolo Chopera, apoderado de Paco Camino y otros europeos, agruparon cuadrillas libres entre picadores de ganaderías y matadores de toros y españoles que harían las labores "de los de plata" en las corridas sin dar problema a la empresa. Esto provocó la molestia de todo el gremio y el día de la cuarta corrida de la temporada, domingo 3 de enero de 1965 se anunció  la presentación de la ganadería de Garfias que torearían Victoriano Valencia, que confirmaba alternativa, Joselito Huerta y Jaime Rangel. 

Todos en la Unión se pusieron de acuerdo para no permitir “la farsa” del festejo por las cuadrillas participantes y la burla hacia ellos. 

Para empezar no se les acepto el carnet en las entradas y tuvieron que pagar su boleto. El plan era que todos los miembros se bajarían al ruedo para no permitir la salida del picador y cuadrillas en el primer toro.

Aprovechando el minuto de aplausos por la muerte del matador Antonio Campos "El Imposible" días antes, fueron bajando los tendidos del coso máximo, hasta que al sonar el clarín para la salida del picador, Gabriel Márquez -que venía con Valencia-, cuál sería la sorpresa que solamente se bajaron al ruedo Antonio Martínez "La Crónica", Ezequiel Galván "El Sastre", Felipe Bedolla "El Hielero", Israel Vázquez y Agustín Salgado "Muelon". Ya abajo no les quedaba otra: o hacían el ridículo o daban la cara, y así lo hicieron.

Entre trompadas y jaloneos lograron bajar al piquero del caballo. Correteados por el centro del ruedo, entre la confusión del público, los policías armados, así como personal de la plaza y los miembros de las cuadrillas protagonizaron encontronazos entre tumbos y jaloneos. Antonio Martínez logró arrebatar las varas al piquero español y con esas mismas defendió a su compañero Felipe Bedolla que en el suelo era golpeado por los "azules".

Una vez sometidos y todavía de camino a las afueras de la plaza, por ese largo túnel de cuadrillas por el que cada domingo se persignaban para "jugarse la vida", eran golpeados y después encerrados en una taquilla mientras se preparaba su traslado a la Sexta Delegación de Policía… el festejo siguió su curso… 

Una vez en la comandancia, en la noche fueron liberados por el Juez quien pensando que "eran unos borrachos que se habían liado a golpes en la Plaza" no supo ni se imaginaba el sainete que se había armado en La México. Unos durmieron en "la gran ciudad" y otros huyeron pues sabían que se iba a poner grave la situación y así fue. Al día siguiente ya los estaban esperando en las antiguas y recordadas oficinas de la Unión de la Calle De Gante agentes de la policía para llevarlos a la Regencia capitalina donde el "Regente de Hierro", Ernesto P. Uruchurtu, los esperaba –indignadísimo por el escándalo en el que México había caído.

Ahí y frente a las cámaras de televisión y prensa nacional los miembros de la Unión encabezados por el maestro Francisco "Pancho" Balderas volvieron a limpiar su honor:

-"¡Qué vergüenza!. ¡Ustedes acaban de poner el nombre de México por los suelos!" sentenció el Regente.

"Señor si usted me permite y con todo respeto, esto no fue una pelea de borrachos; se trata de un problema laboral que está dejando a un lado a las cuadrillas mexicanos, que ante la negativa de la empresa de llegar a un acuerdo, están `echando mano´ de cuadrillas extranjeras y gente no afiliada a nuestra Unión…  En la semana que acudimos a estas instancias con el Jefe de Comercio y de Espectáculos a exponerle esta situación  groseramente nos dijeron que por órdenes de más arriba las corridas se darían y vea usted lo que paso…" Respondió respetuosa y categóricamente el recordado líder de los hombres de plata.

"¡Que vengan inmediatamente el de Espectáculos y de Comercio! ¡Aquí no hay más órdenes superiores que las mías!" Volvió a ordenar "el de Hierro"

El resultado y por órdenes –con justo derecho y criterio del Regente capitalino: se les dio 24 horas al picador Gabriel Márquez, a Manolo Chopera y a otros que abandonaran el país. Y a la Empresa o que se arreglara con la Unión o se suspendía la Temporada… Y la Temporada siguió. 


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