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Celebran cinco años de la Escuela Hidalguense

Miércoles, 30 Dic 2015    Pachuca, Hgo.    César Montes | Corresponsal   
Institución que dirige el matador Luis Gallardo

El pasado sábado 26 de diciembre, la Escuela Taurina Hidalguense“Jorge Gutiérrez” celebró su quinto aniversario, teniendo ahora como sede el cortijo “El Caminante”, ubicado en el poblado hidalguense de Apan, donde se dio cita cierto número de asistentes que apoyaron a los alumnos que actuaron esa tarde.

Dentro del programa, se tentó un becerro que dio buen juego, para dos de los alumnos incipientes, que mostraron lo que han aprendido, como fueron Enrique Ángeles y Ulises Ortiz.

De igual manera se tentó una becerra para dos de los alumnos más jóvenes como fueron Johan Rodríguez y Carlos Alberto Ibarra.

Un poco más avanzado, Ernesto Romero lidió a muerte un becerro que tuvo calidad y con el que dejó ver cualidades, aunque también mostró que tiene un largo camino por aprender.

Los anteriores ejemplares procedieron de la vacada hidalguense de Santos Cornejo, y también actuaron a invitación expresa, el grupo de Forcados Femenil de Hidalgo, que pudieron lucir en dos pegas que realizaron.

Antes, abrió plaza Pepito Arroyo, también como invitado, que lidió un becerro de José Arroyo, que tuvo calidad y con el que pudo lucir y gustar ante la concurrencia, mostrando sus avances.

Y ya entrada la tarde, los alumnos avanzados Pablo Vite y Víctor Gallardo, ya novilleros, enfrentaron sendos novillos de Los Velázquez, que sin duda los pusieron a prueba.

El primero de ellos, un novillo sin fijeza, mansurrón y con muchas complicaciones, le pidió que sacara la experiencia a Pablo Vite, quien estuvo a punto de llevarse un susto al lancearlo con el percal.

Pese al duro castigo que recibió la res, el animal no menguó y su genio hizo que el novillero le hiciera las cosas con firmeza y valor, y sólo así pudo extraerle, o más bien, robarle, algunos ayudados, en un trasteo al que le faltó continuidad por la misma situación de que la res no se empleaba, huía y a ratos arrollaba, poniéndole también la cosa difícil para matarlo, saliendo al tercio al culminar su actuación.

Cristóbal Arenas “El Maletilla, que ya volvió de España, se las vio con un becerro débil que apenas dio oportunidad de verlo, pero lo que hizo le llegó a la asistencia, como siempre, por lo que dio la vuelta al ruedo al finalizar su valerosa actuación.

Cerró función un novillo hondo, de mejor condición, con 400 kilos, para Víctor Gallardo, quien estuvo bien con el capote, y con la muleta logró buenos momentos, sobre todo con la mano derecha.

El animal tuvo fijeza y obediencia, y aunque permitió hacer el toreo, también exigía firmeza y no equivocarse con él. No alargó su trasteo, ya que comenzó a caer la noche, sin poder rematar la faena con el acero.


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