La tarde de este domingo tuvo verificativo la séptima novillada de la temporada y esta vez realizaron el paseíllo los jóvenes Mirafuentes de Anda, Cayetano Delgado, Ángel Escobedo y el español Jesús Álvarez. En una tarde en la que se vivieron pasajes de diversa índole, al final sólo el europeo pudo dar la vuelta al ruedo.

El español Jesús Álvarez quien pisó este ruedo hace un año justamente en el Encuentro Mundial de Escuelas taurinas, saludó con la verónica, llevó al caballo con la chicuelina. Ya con la franela roja en la mano se estrelló con las nulas embestidas de un novillo que le apuntaba en todo momento los pitones en los muslos, no obstante a ello del de Camas se quedó a centímetros jugándose con honradez el físico, desgraciadamente ejecutó un espadazo muy defectuoso para tan sólo recoger palmas de estímulo.

Con el que cerró plaza no se acomodó del todo con el capote, sin embargo con la muleta ha confeccionado una faena muy interesante ya que justo en el terreno de los medios corrió la mano por el pitón derecho aguantando los parones de su enemigo. Dando la distancia y los tiempos adecuados ejecutó las tandas por el izquierdo.

Otro pasaje de la faena se tornó en una actitud de novillero ya que en los medios se puso de rodillas para después de ejecutar la dosantina dimensionar nuevamente el toreo por el derecho aderezado esto por un temerario pasa por la espalda. La parte final del trasteo fue con molinetes de rodillas y las postreras manoletinas. Cuando ya estaba hecha la faena recogió la espada para tirarse a matar con mucha determinación, lamentablemente llegó el pinchazo para acto seguido dejar tres cuartos de acero, al doblar es astado llegó la petición que no fue concedida. Vuelta al ruedo de reconocimiento.

Precedido de sus triunfos Mirafuentes de Anda trató de agradar con el primero de la tarde y para ello se colocó frente a la puerta de toriles para recibir de manera temeraria, acto seguido lanceó con voluntad.

Su labor muleteril pasó tan sólo por la disposición ya que no logró acomodarse con un novillo que dicho sea de paso no dio el juego adecuado e incluso al desarrollar sentido estuvo a punto de alcanzar al novillero. Sin embargo por momentos y a base de salir adelante logró algunos pases que fueron coreados.  Al final un discreto saludo en el tercio.

Como lo había hecho en el primero de la tarde Mirafuentes de Anda esperó a su segundo enemigo para cuajar dos largas, la primera frente a la puerta de toriles y la segunda pegado en tablas. Después de un complicado tercio de banderillas debido a las dificultades que presentó en novillo, de Anda poco a poco descifró un crucigrama de mansedumbre. Dándole el terreno de tablas, exponiendo el físico y echando mano de su bagaje logró arrancar algunos muletazos y es que en honor a la verdad este ha sido el astado más complicado de la presente temporada. Tras una estocada efectiva algunas palmas.
 
Anunciado de última hora Cayetano Delgado recibió con cadencia en las verónicas para posteriormente llevar al astado hasta el caballo con vistosas chicuelinas andando y un discreto quite con los mismos procedimientos.

En cuanto a la muleta se refiere su preámbulo fue una tanda por el derecho y una más por el izquierdo justo en el terreno de los medios, geografía en la que siguieron las series por ambos pitones siempre en colaboración con un buen novillo. Después de doblarse con su enemigo se tiró a matar en terrenos contrarios para dejar un espadazo que lamentablemente tardó en  causar efectos. Tras la petición sólo saludó una cariñosa ovación.

Con el segundo de su lote Delgado recibió con una larga pegado en tablas para luego torear lentamente a la verónica. En el terreno de los medios fueron los albores de la faena, misma que se confeccionó con un toreo claro por el lado derecho. Tomando la muleta en la mano izquierda proyectó los naturales al tendido sobre todo cuando erguida la figura toreó por naturales. Más en el terreno de los tercios y con algunos detalles puso fin a su faena tirándose a matar con decisión para cosechas una ovación.
 
Ángel Escobedo se presentó en la añeja plaza San Marcos con la cadencia en los lances de costado y a pies juntos, complementando su labor con el percal con un voluntarioso quite por zapopinas. Con una menuda estatura pero con un gran corazón clavó las banderillas por lo que fue muy aplaudido.

Con la muleta no pudo dimensionar del todo ya que al quedar un poco crudo el astado se tornó muy pegajoso, no obstante por momentos pudo correr la mano con transmisión. Al concluir escuchó palmas.

Con su segundo enemigo el zacatecano ejecutó una larga pegado en tablas y nada más con el capote, bajo nula colaboración de su enemigo logró algunos muletazos de valía. Al final el astado se rajó para refugiarse en tablas, además de un aviso algunas palmas para la voluntad.