De triunfo en triunfo sin aflojar el paso ha ido Uriel Moreno "El Zapata" al menos en sus tres actuaciones recientes; la de hoy en el festival benéfico del DIF local, le ha valido cortar un rabo a un buen toro de La Joya al que cuajó en los tres tercios.
 
Un trepidante inicio tuvo con la capa al ejecutar cuatro largas cambiadas de rodillas rematadas con media verónica; banderilleó dándole ventajas al toro sobresaliendo el tercer par que fue de escándalo al sesgar por dentro y clavar arriba.
 
Su imposible en los medios seguido del toreo con temple y diversidad de suertes, mantuvieron el entusiasmo del público que vio a Uriel eslabonar tres dosantinas con gran aguante, y bernadinas ceñidísimas. Un pinchazo arriba antes del estoconazo mortal, no impidieron que se exigiera el rabo, concedido correctamente entre gritos de ¡torero, torero! recorrió el redondel en compañía del ganadero.
 
El novillo que enfrentó Rodolfo Rodríguez "El Pana" cedido por el ganadero Manuel de Haro González, se creció al castigo y nos permitió ver a este torero también en plan de lidiador; antes con el capote ejecutó la veleta en el recibo y algún otro lance de su invención.
 
Trató de desengañar al astado llevándolo primero por arriba, pero cuando trató de bajarle la mano se le quedó debajo y Rodolfo resolvió con eficacia; cobró estocada entera al segundo viaje para ser premiado con un apéndice.
 
Manolo García Méndez también fue premiado con la oreja de un buen novillo de su casa, al que premiaron con arrastre lento; se puso a tono con la calidad de la embestida y por el lado izquierdo lució mejor, terminó de pinchazo, media estocada y descabello.
 
Los olés que Mario del Olmo escuchó al lancear, no lograron superar las protestas del respetable causadas por la poca presencia del de José María Arturo Huerta, al que con conocimiento lo toreó muy bien de muleta; la espada tampoco le favoreció, pero fue despedido con palmas.
 
En primer lugar vimos a José Luis Angelino, que habiendo cortado una oreja al de Raúl Cervantes, se retiró para viajar a Tijuana a cumplir un compromiso. Se impuso a su novillo que se revolvía pronto sobre los vuelos del capote, y le apretó en el segundo tercio; José Luis le pudo y lo despachó con media ración de acero, recibiendo el premio mencionado.
 
Con grandes muestras de cariño recibieron al periodista Juan Antonio Hernández, oriundo de esta ciudad, a quien correspondió un novillo de Brito, que le exigió en el primer tercio; le dieron fuerte en varas y así fue como se asentó en la muleta; con ella Juan Antonio consiguió pases sentidos con lucimiento, la poca fortuna con el acero no le privó de dar la vuelta agradeciendo las palmas