Especial: La huella de un artista
Lunes, 18 Ago 2014
Guadalajara, Jal.
Víctoria Eugenia Ramírez | Foto: Archivo
Un emotivo recuerdo de su padre, en el centenario de su natalicio
El torero que siempre se sintió y vivió en torero, con y sin el traje de luces; ése traje de luces que al quitárselo, muchos hombres ya no tienen luz propia.
Calesero se sentía torero siempre; tenía la fortuna de brillar dentro y fuera del ruedo. Amanecía, se dormía, conversaba, caminaba y a su paso dejaba aroma de arte, ese arte que Dios le dio desde que nació.
Tenía también esa sensibilidad que tienen los artistas que contagian al convivir con ellos; lo suyo era un estilo de vida, una actitud que fue tomando forma al continuo andar en una profesión tan difícil, pero que las experiencias, las vivencias buenas y malas, los fueron marcando.
Fue tan grande el amor y el respeto a su familia, a sus amigos, y a su profesión, que vivía con entrega y pasión por lo que hacía y amaba. Se vive como se es.
Gracias Dios mío por éste tu hijo Alfonso, un hombre de gran fe, de grandes valores, gracias por permitirnos estar siempre a su lado. Con nuestro amor eterno, tu Currita y toda tu familia, en la conmemoración del centenario de tu natalicio.
Comparte la noticia