Banners
Banners
Banners

Talavante descubre la hondura (video)

Domingo, 27 Abr 2014    Aguascalientes, Ags.    Juan Antonio de Labra | Foto: Landín-Miranda           
El extremeño intensifica su expresión artística
La tarde no fue fácil para nadie, y así pasa en muchas ocasiones en este espectáculo donde la incertidumbre forma parte intrínseca de ese misterio que entraña la fiesta de los toros, y casi siempre los toreros se ven obligados a resolver la papeleta sobre la marcha para poder triunfar y satisfacer la demanda de emoción de los públicos.

El día de hoy volvió a soplar el viento en Aguascalientes, quizá con menos fuerza que la tarde de ayer, pero con la intensidad suficiente para convertirse en un contratiempo añadido a lo largo de un festejo rico en matices en lo tocante al juego que dieron los toros de los hierros de Begoña y San Miguel de Mimiahuápam.

De esta guisa, los toreros tuvieron que echar mano de sus recursos, hojeando ese hipotético manual que habita en su cabeza para encontrar la página indicada, en cuestión de segundos, y ver si con ello podían encontrar la solución a la problemática que planteó la tarde.

Cómo se nota la evolución expresiva de Talavante ahora que el maestro Curro Vázquez guía sus pasos artísticos. El extremeño ha dejado de lado aquel barroquismo que en ciertas ocasiones rayaba niveles churiguerescos, para procurar hacer menos diversidad de suertes y centrarse en el toreo fundamental, adentrándose en el maravilloso descubrimiento de la hondura.

Y nos parece que ya se encuentra en ese afán de perfeccionamiento de las suertes más fundamentales, que son, a la misma vez, las más profundas que tiene el toreo. ¿Alguien recuerda a Antonio Ordóñez o a Manolo Martínez ejecutando un péndulo o una dosantina? ¡Ni falta que les hacía! Prefirieron siempre la verónica, el natural, el redondo o el pase de pecho; cuatro cosas bien hechas, que decían los antiguos… ¿para qué más?

Hoy Talavante toreó con mucha cadencia y un gran ritmo, y aprovechó la nobleza de su primer toro. Lástima que no pudo cuajarlo a placer debido a los embates del viento. Con todo y ello, intercaló el ayudado en la tela y llevó al toro cosido al noble toro de Begoña, en ayudados suaves y señeros, además de ceñidos, en los que cargó la suerte de una manera muy especial, con un acusado balance en toda su estructura corporal, lo que sin duda imprimió una hermoso profundidad un par de tandas de naturales que remató con soberbios pases de pecho, ante un público que tardó un poco en reconocer la entereza que mostraba el diestro al mantener las zapatillas clavadas en la arena con ese valor sereno tan importante en el que edifica una renovada tauromaquia.

Las series, de magnífico acabado, se sucedieron unas a otras y fue así como consiguió llevar a buen puerto una faena muy interesante que remató de una estocada eficaz para cortar una oreja de esas que dejan satisfechos a los toreros cuando torean por nota. Aquello fue una probadita de clase, y de que su techo –hablando del artista que lleva dentro– todavía se vislumbra alto.

Arturo Saldívar
regresó hoy a su nivel de ambición de siempre, y tuvo una actuación plagada de vergüenza torera y honradez profesional. Anduvo resolutivo y espabilado en todo momento, desde que el primer toro de su lote le anuncio que le iba a pedir el carné, y también le sugirió que no lo guardara, porque también se lo iba a tener que mostrar al de regalo que cerró plaza.

Así que el hidrocálido arreó con ímpetu, jugándose la vida como los toreros machos, y cuando parecía que el destino le tenía deparado un toro bueno, que saltó a la arena en quinto lugar, la inexperiencia de un banderillero bisoño echó por tierra las ilusiones del diestro cuando estrelló al ejemplar en un burladero y éste se fracturó el pitón derecho por la cepa, no habiendo forma de cambiarlo porque el desaguisado sucedió cuando acababan de tocar a muerte.

La gente se desencantó y aunque el toro tenía esa condición de calidad que apuntó en banderillas, Arturo tomó la ética decisión de pedir un sobrero para obsequiarlo. No se quería marchar con las manos vacías.

Y con ese toro de Mimiahuápam, hondo, ofensivo por delante y con edad, se plantó valiente en los medios para robarle pases de mérito hasta que el ejemplar comenzó a desarrollar sentido y el diestro abrevió. Fue una pena que Saldívar no triunfara hoy en la monumental. Lo merecía, sin lugar a dudas. De cualquier manera, esta tarde le vendrá bien anímicamente para afrontar sus cercanos compromisos del 2 de mayo en Madrid y el 7 de mayo en Sevilla, respectivamente.

Diego Silveti hizo una primera faena estructurada y de buen acabado con un toro noble, un tanto flojo, al que toreó con temple, aunque sin conectar tanto con el público porque el de Mimiahuápam no tenía transmisión.

El sexto, otro toro muy bien presentado, negro y acucharado de pitones, fue de esos que tanto gustan a los ganaderos y a los aficionados que echan de menos la bravura, porque “Romántico”, que era su nombre, embistió con largueza, descolgado la cara con nobleza, llevando el morro por la arena y, eso sí, revolviéndose en un palmo cuando perdía de vista la muleta. ¿Quién ha dicho que la bravura es fácil de torear?

Diego entendió que había que llevarlo muy sometido, y en la línea, evitando echárselo hacia atrás, pues de esa forma el toro el iba a permitir reponerse con más desahogo. Pero no acabo de hacer pausas el torero de dinastía, y la faena resintió la ausencia de comas, puntos y seguido, puntos y aparte, tan importantes en la literatura y como en el toreo.

Quizá Diego se preocupó más por no fracasar que por romperse en una faena desgarrada, de gesta grande, acorde a unas encastadas embestidas que por momentos hacían planear a “Romántico”. Y el resultado fue que la gente no acabó de entregársele y al final de la lidia se decantara por el juego que dio el toro, uno de esos toros salen a la plaza a examinar a los toreros.

La oreja de Talavante vino a enriquecer la lista de trofeos cortados en una feria que mañana presenta un cartel muy atractivo con la presencia de Zotoluco, Miguel Ángel Perera y Arturo Macías, quienes lidiarán un encierro de Teófilo Gómez.

Vamos a ver qué tiene que decir Macías, ahora que la cuota de triunfos de los matadores de Aguascalientes –excepción hecha de Saldívar, que lamentablemente hoy no alcanzó a tocar pelo– han dado muestras de estar luchando por cautivar a la gente. La rivalidad, directa e indirecta, sigue en juego, toro a toro, tarde a tarde. No hay que olvidar que Aguascalientes es, ahora mismo, el epicentro del toreo.

Ficha
Aguascalientes, Ags.- Plaza Monumental. Sexto festejo de la Feria de San Marcos. Media entrada en tarde soleada y calurosa, con algunas ráfagas de viento. Toros de Begoña ( 1o., 4o. y 6o.) y Mimiahuapam (el 7o. como regalo), desiguales en hechuras y juego, de los que destacaron el 1o. por su nobleza y el 6o. por su bravura y calidad, éste último premiado con arrastre lento. Pesos: 509, 486, 494, 482, 488, 503, 510 kilos. Alejandro Talavante (azul rey y oro): Oreja y silencio. Arturo Saldívar (azul marino y plata): Palmas, silencio y palmas en el de regalo. Diego Silveti (gris perla y oro): Silencio en su lote. Incidencias: Sobresalió en varas Carlos Domínguez, que picó con arrojo al 7o. y fue ovacionado, y en banderillas, Christian Sánchez, que saludó.


Comparte la noticia