El hidrocálido Arturo Macías fue el máximo triunfador de la primera corrida del serial en Monterrey, Nuevo León, pues desorejó a su segundo y conquistó la salida en volandas, mientras que Juan Antonio Adame y Juan Pablo Sánchez pasearon un trofeo por coleta.

Más allá del valioso triunfo de Arturo Macías en la Monumental "Lorenzo Garza", resulta preocupante el desinterés en que ha caído la afición de Monterrey que apenas y se asomó a los tendidos, haciendo una pésima entrada. ¡Mil o mil quinientos aficionados en el tendido es nada para un coso al que le caben 10 veces más que eso!
 
Seguramente la empresa a estas alturas ya debe estar pensando en una buena estrategia para llevar al público a los tendidos, pues es inconcebible que esta plaza que rebosaba de alegría en los ochenta y parte de los noventa, hoy sea uno de los inmuebles que está más olvidado que nunca, y esto dicho por los propios aficionados y actores de la Fiesta.
 
En los meses anteriores un grupo de aficionados se dio a la tarea de buscar un novillero nativo de Monterrey, pero como es lógico vinieron los de afuera, los que tienen Escuelas bien establecidas y les comieron el mandado.
 
A base de mucha publicidad en los Medios informativos, Eloy Cavazos llevó a cabo la edición número 15 de la Corrida de la Beneficencia y sabías fueron las palabras de profeta del Rector de la UANL al señalar que esta sería la de la mejor entrada en el año. ¡Cuanta razón tenía!. Cerca de 9 mil aficionados asistieron esa tarde y dejó la mesa puesta a la empresa.
 
El domingo pasado Julián López "El Juli" se presentó en un Cortijo cercano pero a precios prohibitivos para el bolsillo del aficionado y eso, al menos, tuvo justificación para que no fueran más allá de 500 aficionados. 
 
Hoy el triunfo de Macías era de imaginarse, pues es un torero que tiene a esta plaza como una de sus consentidas y por lo mismo sale a torear como si estuviera en casa, solo basta que sus toros se lo permitan.
 
Tuvo en suerte dos ejemplares con calidad y recorrido a los que les hizo fiestas. Sin apuros, toreando a su aire, Macías fue envolviendo poco a poco a sus partidarios, como lo hizo también en la serie de muletazos y cambios de mano que les ligó a los de Begoña, que sin ser tan extraordinarios como otras tardes, se dejaron meter mano.Tuvo el triunfo en sus manos en el segundo de la tarde pero tardó en doblar y escuchó un aviso.
 
Con el quinto de la función, al que Nacho Meléndez lo dejó "en su punto", el aguascalentense volvió a imponer su mando, con series por los dos lados acompasados y alegrados con uno que otro adorno de mucha torería que jaleó el público. Otra vez un estoconazo bien entregado rubricó la faena. El juez Antonio Quiroga le concedió las dos orejas solicitadas por el público, pero un grupúsculo de aficionados que se dicen "conocedores" le pitó al diestro al recibir los trofeos.
 
Juan Antonio Adame ha tenido una tarde importante y es sin duda, uno de los regios a quienes se le deben seguir dando toros en su carrera pues vaya que se lo merece el chaval,  quien a sus años hoy ya fue director de lidia.
 
Artista copotero y bullidor con los palitroques, Adame logró instrumentar series de valor y mérito. Cuando tenía ganada la oreja del toro que abrió plaza, un espadazo caído le privó de tocar pelo. 
 
El segundo de su lote propinó un espectacular tumbo al piquero Lalo Rivera, quien cayó de costado peligrosamente. Esto originó largos minutos de brega al toro en terreno contrario al herradero lo que provocó que para la muleta fuera tardo y solo aguantara dos tandas antes de rajarse en tablas. El regiomontano se fue tras el acero y esta vez sí acertó en la yema, logrando cortar la oreja.
 
El tercero en el cartel fue Juan Pablo Sánchez otro de los jóvenes que sigue sumando experiencia. La labor a su primero tuvo el matiz de una faena seria, ante uno de los toros de mayor peso de la corrida. Bien el de Aguascalientes, pero mal con la toledana. 
 
Se superó en el sexto y aunque su primer tanda fue echando el toro con el pico del engaño hacia afuera, compuso el terreno y las distancias y con la mano baja dibujó bellos trazos con la sarga, enredándose el toro en la cintura y llevándolo por aquí y por allá en un palmo de terreno en los medios de la plaza. Mató después de un pinchazo y le cortó la oreja.
 
A este "mini serial de dos corridas" le queda la del día 24 cuando se anuncia la despedida de Rafael Ortega, el hispano Alejandro Talavante y el impresionante Arturo Saldívar con ejemplares de San Isidro.