Arturo Saldívar salió al campo de batalla sin dar ni pedir cuartel. A por todas. Generoso en el esfuerzo, brindó una actuación rebosante de entrega y ambición durante la inauguración de la Temporada Grande capitalina. Fue siempre con el pecho por delante a enfrentar los toros de Barralva (conociendo la escrupulosidad, objetivos y alto sentido de responsabilidad de los hermanos Álvarez Bilbao, seguramente habrán quedado un tanto decepcionados por el juego de su encierro).
Saldívar atesora el carácter y la raza que lo hacen un torero cuña, incómodo, que aprieta sobremanera a los alternantes. Claridoso, se queja a micrófonos abiertos de una especie de bloqueo en su contra por parte de algunos diestros, acaso la consecuencia de su forma de salir a pelear por el reconocimiento como un jabato. Cuando se tiene presencia de ánimo, cuando realmente se está en la plaza, un sentimiento de seguridad invade al ejecutante del toreo. Su determinación lo llevó a conquistar una oreja de peso, la única de la función de apertura, celebrada ante una gran entrada y la presencia cárdena del legendario Paco Camino, cuyas páginas más gloriosas las escribió en otro escenario cercano, el desaparecido Toreo de Cuatro Caminos.
El gran Paco, que desde hace muchos años está retirado de los sobresaltos del toro, vio venir uno a galope tendido en pleno brindis de José Mauricio y por fortuna lograron ambos refugiarse a tiempo en el burladero de la segunda suerte. No pudo ocultar el camero su emoción por el cariño recibido tanto por los viejos aficionados que fueron testigos de sus faenas clásicas, como por las nuevas generaciones que han escuchado hablar de este torero de las zapatillas a la montera. Discreto, no quiso robar cámara con una vuelta al ruedo y simplemente caminó como los grandes hacia el centro del pandero, donde recibió una cariñosa ovación.
En pie de lucha
Pude entrevistar a Juan Luis Silis en la habitación 3103 del Hospital 20 de Noviembre de esta ciudad. El día de la presentación de los carteles de la Temporada Grande, Juan Luis hizo mucho énfasis en que la corrida de Pachuca, donde cayó gravemente herido, se realizaría el cabalístico día 13 de este agonizante mes de octubre. Ese número vuelve a aparecer, ahora invertido, en los primeros dos dígitos de su cuarto de sanatorio, desafiando el mal fario.
Minutos antes había abandonado el área de terapia intermedia. De hecho, iba llegando a dicho espacio cuando entramos a saludarlo. Tiene los ojos rojos y la cara muy hinchada, envuelta por una especie de careta formada con vendas que le sujeta la cabeza. Entre jadeos logra articular palabras.
La entrevista es un testimonio dramático de supervivencia y afición. "Agradezco a Dios por darme la oportunidad de vivir", dice Silis, con las lágrimas corriendo por sus mejillas amoratadas. "Yo vi a mi maestro –se refiere a Mariano Ramos-, que no me quería allá arriba, y estoy aquí por una sola razón: sacar adelante a mi hijo, a mis padres y a toda mi familia". El pequeño Juan Fermín, de tan solo 3 años de edad, presenció en la plaza la terrible cornada sufrida por su padre, descubierto por el viento, calado por el artero pitón. Después de una "escala" de dos días en el Sanatorio Durango, ésta misma semana podrá Juan Luis abrazarlo.
Al torero del barrio de Santa Anita nadie le saca de la cabeza la idea de cumplir su sueño de confirmar la alternativa en diciembre en la Plaza México. “Juan Luis Silis quiere… torear… el 15… de… diciembre… en… la… Plaza México”, repite, obsesivo, con una convicción que asombra.
Claro que el cartel de ese día contiene los interesantes ingredientes de la despedida de Rafael Ortega y el testimonio de Juan José Padilla, otro torero del drama pero, ¿no sería sensato considerar un aplazamiento de la fecha para que se encuentre en perfectas condiciones físicas? A manera de comentario se lo planteamos, al pie del pedestal del suero y los medicamentos. Sé quedó pensando. “Hay que esperar”, concedió. Y nos despedimos.
Quince años
El próximo miércoles 6 de noviembre en el Museo José Luis Cuevas del Centro Histórico de la Ciudad de México, Julián López "El Juli" ofrecerá una conferencia de prensa para hablar sobre distintos proyectos enmarcados en la celebración de sus quince años de actuaciones en México, que no sólo abarcan lo taurino sino que también están impulsados por la encomiable conciencia social del diestro madrileño.
Julián siempre se ha mostrado agradecido con todo lo que México le ha aportado a lo largo de su deslumbrante trayectoria.
Buen cartel
Se están ultimando los detalles para la corrida que se celebrará el próximo domingo a las 4 de la tarde en el Cortijo San Felipe de Monterrey, con la presencia de Fernando Ochoa, en su despedida del público regiomontano, Julián López "El Juli" y Octavio García "El Payo".
Lidiarán toros de la ganadería de Montecristo, que fueron embarcados el lunes pasado. Montan el festejo Raymundo Sánchez Escamilla y Jorge Canales. No es la primera ocasión en que empresas independientes organizan con éxito y profesionalismo funciones taurinas en la capital de Nuevo León.
Festival
El próximo mes de enero en un escenario por definir se realizará un festival a beneficio de los deudos del matador fallecido Jorge San Román.
Algunos posibles integrantes del cartel son el maestro Jorge Gutiérrez, quien era su compadre y que de esta forma estaría reapareciendo por única vez; Óscar San Román, Julián López "El Juli", Morante de la Puebla y Octavio García "El Payo" con ejemplares de distintas ganaderías. Quedaría confeccionado un auténtico cartelazo.