El comentario generalizado, de entre el escaso público que se registró en lo que fue el cerrojazo de la feria de Pachuca, fue que: "¿Con ese encierro viene a presentarse esta ganadería, a una plaza como ésta?".
Y entre esa molestia general, también hubo triunfos, “apretados” de igual modo, pero los hubo; vaya, si la autoridad ya había aceptado “eso” que salió por la puerta de toriles, ni modo que no se pusiera también generosa a la hora de premiar.
Había expectación (bueno, eso decían, porque ya se vio que no tanta, por la respuesta del público) por ver la presentación en nuestro país de Iván Fandiño, y sin duda la gente, en ese sentido, no se fue “tan” defraudada. Ante su primero, un toro noble (como todo el encierro), pero que le faltó rematar las embestidas, estuvo voluntarioso, resultando un poco generoso el premio, y es que, un torero tan solvente, con clase a la hora de interpretar el toreo.
Con su segundo, que fue protestado de salida por su presencia, toreó bien con el percal, para después con la muleta interpretar muletazos sentidos, con contenido, largos también, pero el interés del trasteo se fue perdiendo, porque la res terminó por no cooperar, habiendo un momento en el que se echó, en lo que varios espectadores consideraron el colmo.
Así entonces, decidió regalar un ejemplar que duró poco, pero que le permitió hacer el toreo. La gente se le entregó, y la faena tuvo momentos buenos, sobre todo cuando lo toreó por el pitón izquierdo, que los pases tuvieron calidad, temple, gusto, y el reconocimiento del público. Lo mató de estocada apenas caída, para cortar dos orejas, sí, así es, la segunda benévola.
Por su parte, Arturo Macías salió entregado; se ha convertido en un consentido de este público, por lo que el triunfo lo acompañó esta tarde. Su primero, uno de los buenos del encierro, lo saludó con dos largas de rodillas, brindando su labor al cuerpo médico de la plaza, en agradecimiento por sacar adelante a Silis una semana anterior. Comenzó con un péndulo en los medios, luego ejecutó muy quieto pases por alto, y más tarde se recreó en varias series con la mano diestra, ante una res que repitió con calidad, recorrido, fijeza, intercalando algunos adornos hacia el final de su trasteo, que tras una certera estocada, se le concedió una oreja, que luego un pequeño sector del público, protestó.
Con su segundo, quitó con un afarolado, gaonera y revolera de remate. En la muleta, el toro, que protestaba, embistió deslucido terminando por regatear la acometida. Estuvo esforzado, pegándole pases meritorios, cosa que el público se lo agradeció, pidiendo la oreja luego de cobrar una estocada apenas tendida.
El debutante Sergio Flores se enfrentó con el lote menos colaborador. Su primero se quedó corto pronto, parado, acometiendo con la cara arriba, viéndose el torero solvente con la papeleta, haciendo el esfuerzo por lucir.
Su segundo, un animal un poco más colaborador, le permitió mostrarse ante el escaso público, que le vio con interés y gustó de su concepto, sobrio y de clase. Hubo muletazos casi deletreados por su despaciosidad y largueza, y tras una estocada apenas caída, pudo pasear un trofeo.
Pachuca, Hgo.- Plaza “Vicente Segura”. Noveno festejo y séptima corrida de la Feria Internacional San Francisco. Floja entrada (unas mil 900 personas), en tarde nublada, templada, y con lluvia intermitente en la lidia de varios toros.Seis toros de Medina Ibarra, anovillados, de escasa presencia, por lo que fueron protestados. En general sacaron nobleza, algunos se dejaron más, sobresaliendo el lidiado en segundo lugar, que quizá merecía el homenaje del arrastre lento. Uno de La Venta del Refugio, de regalo, que se dejó torear. Pesos: 450, 440, 420, 430, 435, 450 y 460 kilos. Arturo Macías (obispo y oro): Oreja y oreja. Iván Fandiño (celeste y oro): Oreja, silencio y dos orejas en el de regalo. Sergio Flores (espuma de mar y oro): Silencio y oreja.Incidencias: la empresa hizo entrega del premio al grupo triunfador de la corrida de concurso de pegas celebrada la semana anterior, y fue a la realizada por Juan de Dios Corona, del grupo de Forcados Amadores de Hidalgo, recibiéndolo tanto el forcado señalado, como el cabo, Osvaldo Escamilla.