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Espectro: Actitudes y aptitudes

Sábado, 03 Ago 2019    Ciudad de México    Jorge Raúl Nacif | Opinión   
"...el proceso formativo ayuda a potenciar las cualidades..."
Cuando en aquellos años maravillosos -a mediados de la década pasada- los profesores de la preparatoria donde estudiaba nos hablaban de la elección de carrera y la vocación, entendiendo ésta como "un llamado a ser", salían a la luz dos conceptos fundamentales: actitud y aptitud.

La vocación implica ambos elementos. La actitud es la disposición para dedicarte a determinada profesión u oficio; es decir,  el gusto y la pasión por desempeñarla. En cambio, la aptitud es el talento, la "facilidad natural" para llevar a cabo la actividad antes mencionada.

Así por ejemplo, puede ser que una persona tenga el deseo de estudiar arquitectura y sea un apasionado de las construcciones. Pero si no tiene facilidad para las matemáticas, la geometría analítica o la capacidad para dirigir a un grupo... difícilmente podrá salir adelante. Hay actitud, pero sin aptitud es muy complicado. 

No es nada raro ver que jóvenes estudiantes se decantan por una carrera que les gusta y les llama la atención, y al poco tiempo abandonan el barco al darse cuenta que no tienen la capacidad de salir adelante. Y en el toreo esto cobra mayor entidad, pues ya sabemos que en el mundo del toro querer no necesariamente es poder.

Y no vamos a decir nombres, pues los comunicadores no retiramos toreros; eso lo hace el toro, junto con el público. Pero consideramos importante que los novilleros tomen consciencia que llega el punto en que deben tener la honestidad de darse cuenta que no tienen reales aptitudes y es mejor cortarse el añadido con dignidad que andar "dando tumbos" por los ruedos.

Por supuesto deseamos que salgan muchos nombres de las temporadas novilleriles y que logren consolidarse aquellos "veteranos" que de verdad valen, pero también las campañas de festejos menores deben ser un filtro importante, para posteriormente, y con diferentes matices, que los puestos vayan siendo ocupados por los que de verdad pueden funcionar en esto.

Si muchas veces toreros con actitud y aptitud no pueden llegar a la meta (pues en este mundo confluyen amplias circunstancias), ¿qué podemos pensar de aquellos que no cuentan con el talento necesario? Hablar de parámetros es difícil, pero si un novillero lleva más de cinco años en la brega, ya pisó plazas de segunda o primera categoría en dos o tres campañas... y no pasa nada, es momento de hacer una profunda reflexión.

Naturalmente que hay aptitudes que se aprenden en el camino, pero quizá la base (y ésta es una opinión muy personal) se manifiesta naturalmente desde la primera vez que observamos a un becerrista. El proceso formativo ayuda a potenciar las cualidades y a limar los defectos, mediante un arduo trabajo de enseñanza, pero nadie puede dar lo que no tiene. 

Y en ocasiones, aunque haya cualidades naturales, "no entra a la cabeza" la mejoría de éstas. Todo el mundo tiene derecho de buscar sus sueños; sin embargo, también debe haber espacio para la razón y determinar que quizá sea mejor volver a la escuela que gastar años y años en algo que no tiene sustento.

Decía San Agustín que son dos las peores cosas que le pueden suceder a un ser humano: la primera, el vivir una vida sin esperanza o sueños. Y la segunda, que quizá es peor, creer en una esperanza sin fundamento.

Valga este Espectro para la reflexión. Y que haya suerte para todos los novilleros en las diferentes temporadas y certámenes que se avecinan.


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